Vladimir Lenin
( 1870 - 1924 )
Filosofía
Antigüedad

En contexto

Vladimir Lenin –cuyo nombre original era Vladimir Ilich Ulyanov– nació en 1870 en Ulyanovsk, Rusia, en una familia de clase media. Su padre fue inspector escolar y proveyó a sus hijos de la mejor educación posible (Lenin llegó a ser el primero en su clase del bachillerato); pero esto puso a la familia en ojos del gobierno y su padre recibió amenazas de parte de los oficiales a cargo de supervisar la educación pública.

Durante su adolescencia, Vladimir Lenin se radicalizó políticamente después de que su hermano mayor fuera ejecutado en 1887 por haber conspirado para asesinar al zar. Más tarde ese año, Lenin fue expulsado de la Universidad Imperial de Kazán, en la que estudiaba Derecho, por haber tomado parte en una protesta estudiantil. Luego de su expulsión, el joven Lenin se adentró en la lectura de literatura política radical. En 1889 se declaró un marxista y obtuvo su título de abogado. Ejerció el derecho brevemente en San Petersburgo. Fue arrestado y exiliado a Siberia por participar en actividades marxistas, allí se le unió su futura esposa, Nadezhda Krupskaya. Posteriormente se mudó a Alemania y luego a Suiza donde conoció a otros marxistas europeos. En ese lugar fue que adoptó el seudónimo de Lenin y fundó el Partido Bolchevique (History.com Editors, 2009).

Tras la lamentable participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial (1914), Lenin afirmó que este fracaso apresuraría la revolución política que él deseaba. Durante este periodo publicó Imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), obra en la que sostuvo que la guerra es el resultado natural del capitalismo internacional.

Los alemanes apoyaron a Lenin y a otros revolucionarios rusos para que regresaran a Rusia. Para cuando Lenin llegó a Rusia en abril de 1917 la Revolución rusa ya había comenzado con diversos motines a causa de la escasez de alimentos que provocaron la abdicación del zar Nicolás II, poniendo fin a siglos de dominio imperial. En Rusia fue instaurado un gobierno provisional que se opuso a la violencia como medio para la reforma social y que continuó apoyando la participación rusa en la Primera Guerra Mundial. Lenin conspiró en contra de este gobierno provisional, pues éste era una dictadura de la burguesía. En cambio, el revolucionario buscaba que los trabajadores y campesinos tomaran el mando en una ‘dictadura del proletariado’ (History.com Editors, 2009).

Lenin advirtió la falta de liderazgo entre los rusos y decidió aprovecharlo. Organizó en secreto la Guardia Roja –formada por trabajadores, campesinos, soldados y marineros–, una fuerza paramilitar que en noviembre de 1917 capturaron el gobierno provisional. Así, los bolcheviques subieron al poder y nombraron a Lenin como líder del primer estado comunista del mundo. El nuevo gobierno soviético dio por terminada la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial (History.com Editors, 2009).

La Revolución Bolchevique llevó a Rusia a una guerra civil que duró tres años, en la que se enfrentaron el Ejército Rojo de Lenin contra el Ejército Blanco, una coalición de monarquistas, capitalistas y simpatizantes del socialismo democrático. Durante este periodo, Lenin implementó una serie de políticas económicas conocidas como ‘Comunismo de Guerra’ con las que nacionalizó toda manufactura e industria y con la que requisicionó el excedente en la cosecha de los granjeros para alimentar a su Ejército Rojo. Estas medidas resultaron desastrosas, se estima que cinco millones de rusos murieron producto de la hambruna en 1921 y la pobreza se generalizó por toda Rusia. Por esto, y ante la presión de las masas, Lenin tuvo que instituir una nueva política económica donde permitió un libre mercado y capitalismo, pero ambos sujetos al control estatal.

También Lenin creó la “Checa”, la primera policía secreta de Rusia, con la que silenció la oposición política tanto de sus enemigos como de los integrantes de su propio partido. A pesar de esto, Lenin recibió un disparo en el hombro y en la nuca en agosto de 1918. Después del atentado contra Lenin, la “Checa” estableció el periodo conocido como el Terror Rojo, una campaña de ejecuciones masivas en contra de los simpatizantes del régimen zarista, de las clases acomodadas rusas y de cualquier socialista que no fuera leal al Partido Comunista de Lenin. Se estima que entre septiembre y octubre de 1918, la “Checa” ejecutó al menos a 100,000 ‘enemigos de clase’ (History.com Editors, 2009).

Finalmente, Lenin ganó la guerra civil y en 1922 formó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en un tratado entre Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia. Para cuando se había convertido en la cabeza de la URSS su salud comenzó a deteriorarse, sufrió de ataques que comprometieron su capacidad de hablar, dejando el gobierno solo. Su ausencia le preparó el camino para consolidarse en el poder a Joseph Stalin, Secretario General del Partido Comunista. Lenin vio el ascenso de Stalin como una amenaza a la URSS. Mientras su condición se lo permitía, dictó una serie de ensayos acerca de la corrupción del poder en el Partido Comunista –que son considerados su testamento– en los que propuso cambios para el sistema político soviético y recomendó que Stalin fuera removido de su posición. Murió el 21 de enero de 1924, cerca de Moscú, a los 53 años. Se estima que cerca de un millón de personas desafiaron el invierno ruso para hacer línea durante horas en homenaje a Lenin. Su cuerpo ha sido movido de lugar en varias ocasiones. Actualmente su cuerpo embalsamado se encuentra exhibido en la Plaza Roja (History.com Editors, 2009).

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RUSIA

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Contexto intelectual

Tras ser expulsado a Siberia en 1898, Vladimir Lenin se adentró en el estudio de literatura política radical, incluyendo los escritos del filósofo alemán Karl Marx, autor de El Capital (History.com Editors, 2009). Este filósofo formó su principal fuente de inspiración, no sólo en lo teórico sino también en lo político. Si queremos examinar más a fondo la relación entre ambos filósofos, encontraremos que Lenin buscó continuar el pensamiento de Marx, con sus propios matices, mismos que pretendieron resolver los grandes problemas políticos de Rusia:

La definición oficial de la relación de Lenin con Marx, expuesta por Stalin en sus Fundamentos del leninismo (1924), es que ‘el leninismo es el marxismo en la etapa del imperialismo y la revolución proletaria’. Se acentúa, pues, la importancia de los escritos y discursos de Lenin durante la primera Guerra Mundial y después de la revolución comunista en Rusia en 1917. De la definición de Stalin se desprende, pues, que las revisiones de Lenin fueron provocadas por la evolución del capitalismo europeo después de la publicación de El Capital (1867), especialmente su expansión colonial y, por tanto, su supuesta responsabilidad por la guerra de 1914 (Sabine, 1976, p. 579)

Las condiciones de la Rusia en que vivió Lenin eran similares a las de los países atrasados y colonizados en el mundo. Debido a esto, el análisis de Lenin sobre el imperialismo, enfocado en las condiciones materiales rusas, resultó útil para pensar las condiciones de todos los países que dependían colonialmente de los países imperialistas. Por otro lado, podemos entender la asimilación de las ideas de Marx por parte de Lenin en al menos dos sentidos. Primero, Lenin asimiló la doctrina de Marx con una suerte de religiosidad que le exigió tomar en sentido literal toda la obra del filósofo alemán y de creerla incuestionable. Segundo, el marxismo fue para Lenin un principio que dictaba que la filosofía tiene que ser la guía para la acción: “En este sentido, el marxismo no era un cuerpo estático de reglas sino una serie de ideas sugestivas que podían ser utilizadas para analizar una situación, afirmando sus posibilidades y llegando así al curso de acción más efectivo” (Sabine, 1976, p. 580).

Finalmente, cabe señalar que, aunque la época de Lenin estuvo marcada por una fuerte prohibición y censura zarista, durante sus años de bachillerato fue un apasionado del latín. Se interesó por autores como Virgilio, Ovidio, Horacio, entre otros. Asimismo, “devoró” los libros de Goethe y lo citó cuando sus camaradas lo denunciaron. También fue inspirado por el escritor ruso Nikolay Chernyshevsky (Tariq, 2017).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

De acuerdo con Marxists.org (s.f.), las principales obras que Lenin dedicó a la idea de democracia fueron: The Democratic Tasks of the Revolutionary Proletariat (Las tareas democráticas del proletariado revolucionario) (1905); All Power to the Soviets! (¡Todo el poder para los soviets!) (1917); The State and Revolution (El Estado y la Revolución) (1917); Second All-Russia Congress of Soviets (Segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia) (1917); “Democracy” and Dictatorship (“Democracia” y dictadura) (1918), y First Congress of the Communist International (Primer Congreso de la Internacional Comunista) (1919). En esta sección, analizaremos los rasgos principales del texto Democracia burguesa y dictadura del proletariado.

Vladimir Lenin (2001) fue un duro crítico de la idea de democracia. Desde una perspectiva marxista, desarrolló argumentos en contra de lo que él denominó “democracia burguesa”. Para explicar lo que es una democracia burguesa, el filósofo parte de la idea de que la burguesía ha planteado argumentos en contra de la dictadura y a favor de la democracia:

El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha hecho que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores. Entre esos argumentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia. (apartado 1)

Lenin (2001), crítica que, cuando elaboran estos argumentos, lo hacen basándose en “los conceptos de ‘democracia general’ y ’dictadura general’, sin plantear la cuestión de qué clase se tiene presente” (apartado 2). Entonces, según su razonamiento es necesario analizar los conceptos ‘democracia’ y ‘dictadura’ no como conceptos abstractos, sino dentro del contexto de la lucha de clases:

En ningún país capitalista civilizado existe la ‘democracia en general’, pues lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la ‘democracia en general’, sino de la dictadura de la clase es decir, del proletariado, sobre los opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, son el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación. (apartado 2)

Por tanto, es plausible afirmar que el concepto ‘democracia’ –desde la mirada leninista– puede pensarse en al menos dos sentidos: como democracia burguesa y como democracia del proletariado.

En una democracia burguesa grandes masas de trabajadores son explotadas por parte de una minoría, pero simultáneamente los explotadores claman cosas como que todos los hombres son iguales ante la ley: “como si la burguesía hubiera renunciado a la resistencia y estuviese dispuesta a someterse a la mayoría de los trabajadores, como si en la república democrática no hubiera habido y no hubiese máquina estatal alguna para la opresión del trabajo del capital” (Lenin, 2001, apartado 4). Esto claramente es una falsedad para el filósofo ruso.

Asimismo, Lenin (2001), llevó a cabo un análisis de algunas de las libertades de la democracia burguesa. Primero, dijo que la libertad de reunión es una frase vacía, puesto que las diferencias de clase hacían que solamente los ricos gozaran de plena libertad para reunirse (p. ej. tienen acceso clubes sociales y mucho tiempo libre), mientras que los pobres ciertamente no tienen estas prerrogativas. Por lo tanto, la ‘igualdad’ que celebra la democracia burguesa es un engaño. A este respecto, el filósofo comunista tiene una propuesta para que la igualdad sea efectiva:

Para conquistar la verdadera igualdad, para dar vida a la democracia para los trabajadores, hay que quitar primero a los explotadores todos los locales sociales y sus lujosas casas privadas, hay que dar primero tiempo libre a los trabajadores, es necesario que la libertad de sus reuniones la defiendan los obreros armados, y no señoritos de la nobleza ni oficiales hijos de capitalistas mandando a soldados que son instrumentos ciegos. Sólo después de tal cambio se podrá hablar de libertad de reunión e igualdad sin mofarse de los obreros, de los trabajadores, de los pobres. Pero ese cambio sólo puede realizarlo la vanguardia de los trabajadores, el proletariado, que derroca a los explotadores, a la burguesía. (apartado 7)

Como se hace explícito en el pasaje anterior, corresponde al proletariado (clase explotada) deliberar sobre sus asuntos políticos y no a funcionarios que forman parte de la burguesía (clase explotadora).

En segundo lugar, Lenin examinó la libertad de imprenta llegando a la conclusión de que ésta también es una farsa en la que sólo la burguesía se beneficia. Para resolver esta injusticia Lenin (2001) propuso lo siguiente:

A fin de conquistar la igualdad efectiva y la verdadera democracia para los trabajadores, para los obreros y los campesinos, hay que quitar primero al capital la posibilidad de contratar a escritores, comprar las editoriales y sobornar a la prensa, y para ello es necesario derrocar el yugo del capital, derrocar a los explotadores y aplastar su resistencia. (apartado 8)

El revolucionario ruso se mostró optimista ante la capacidad revolucionaria del proletariado. Según él, los explotados serán los encargados de resolver todas las injusticias perpetradas por el capital.

En suma, es posible caracterizar una democracia burguesa como dictadura de la burguesía, puesto que en ella impera la desigualdad y el terror se hace presente “en cuanto a los explotadores les parece que el poder del capital se tambalea” (Lenin, 2001, apartado 9).

Entonces, en contrapartida de una democracia burguesa que favorece sólo a unos cuantos, señaló Lenin (2001), la necesidad de instituir una dictadura del proletariado en su lugar. Esta dictadura del proletariado es un medio legítimo para de derrocar a la clase explotadora:

La diferencia radical entre la dictadura del proletariado y la dictadura de las otras clases –la dictadura de los terratenientes en la Edad Medía, la dictadura de la burguesía en todos los países capitalistas civilizados– consiste en que la dictadura de los terratenientes y la burguesía ha sido el aplastamiento por la violencia de la resistencia ofrecida por la inmensa mayoría de la población, concretamente por los trabajadores. La dictadura del proletariado, por el contrario, es el aplastamiento por la violencia de la resistencia que ofrecen los explotadores, es decir, la minoría ínfima de la población, los terratenientes y los capitalistas. (apartado 14)

Según el filósofo ruso, solamente la dictadura del proletariado puede hacer efectiva la democracia. La democracia que conocemos es democracia para los explotadores, en ella no hay igualdad sino marcadas diferencias de clase y continua opresión. La igualdad es una farsa de la burguesía, es imposible donde quiera que domine el capitalismo; pero esta igualdad no está condenada al fracaso, sino que puede realizarse –únicamente– gracias a la dictadura del proletariado, ya que los obreros “no están interesados en la propiedad privada sobre los medios de producción ni en la lucha por repartirlos una y otra vez” (Lenin, 2001, apartado 15).

Impacto de su pensamiento en la realidad

Lenin, como político, fue uno de los hombres más importantes de la primera mitad del siglo XX, fue él quien inauguró los regímenes comunistas en el mundo. Su empresa es vista en algunas ocasiones como un experimento:

Lenin trató de crear un nuevo tipo de ser humano –un homo sovieticus– que se libraría de la esclavitud y la opresión. El problema fue que las personas no desean ser perfeccionadas. Antes tienen que ser acosadas, coaccionadas, y, finalmente, aterrorizadas. Eso fue lo que Lenin hizo. Fue un gran experimento. El tamaño de sus ambiciones fue monumental y eso fue lo que hizo tan grande el tamaño de su fracaso. (Shuster, 2017, párrafo 8)

La gran habilidad que tuvo el político ruso para saber aprovechar los momentos de oportunidad lo llevaron a la cima del poder y sin esto la existencia de la URSS no habría sido posible. Los impactos de Lenin en el mundo fáctico fueron de suma importancia (tanto los positivos como los negativos y violentos).

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