Democracia mediática

Concepto clave

Introducción y planteamiento general

La democracia y la comunicación son dos procesos inclusivos por definición, sin embargo, en la medida en que las sociedades fueron incrementando su tamaño, haciéndose cada vez más complejas, el proceso comunicativo pasó de estar conformado por muchos emisores y muchos receptores a unos pocos emisores; reduciendo la posibilidad de una intervención igualitaria entre los participantes.

En la actualidad, el cine, la radio, la televisión y las agencias internacionales son la principal fuente de información y entretenimiento de las sociedades modernas. Ya que el modelo de comunicación, al tener pocos emisores que son representados por instituciones mediáticas productoras de mensajes, estos suelen llegar a cientos de miles e incluso millones de receptores, aunque con una casi nula capacidad de respuesta.

Cabe mencionar que los medios masivos operan bajo un modelo de negocio en beneficio a las demandas de los empresarios, así cualquier tipo de diversidad presentada en estos canales queda reducida a una serie de estereotipos aprobados por aquellos que pagan por anunciar sus productos o servicios en los espacios publicitarios. Los objetivos e intereses de los medios tienen una estrecha relación con los dueños de las empresas de la información por lo que resulta clave conocer la economía política de los medios. 

Como podemos ver nos encontramos ante diversos retos, en el caso específico de la democracia y medios de comunicación (mediática) es indispensable abrir los espacios necesarios, tomando en cuenta los consumos a los que las personas en particular están habituadas. 

El problema central de la comunicación en la actualidad

La democracia mediática a partir de la política, puede ser analizada como “la acción de los medios de comunicación masiva, en especial de la televisión, está transformando la política y provocando alteraciones en los sistemas político y de partidos; que, como resultado del creciente protagonismo de los medios, la centralidad de la mediatización, la influencia de la agenda mediática y el papel relevante que se le otorga a la opinión pública” (Exeni, 2000: 23).

En la sociedad actual el papel de los medios de comunicación es trascendente para diversos aspectos de la vida cotidiana, pues en cualquier lugar se difunde información, en la televisión, radio o periódicos que son los medios tradicionales en donde se puede acceder a las noticias más trascendentes, de igual manera en los medios digitales, que son más novedosos; al tener diversos lugares en los que se puede acceder a información, se podría pensar en una libertad de elección.

Citlali Villafranco menciona que Downs, llegó a la conclusión de que en un contexto político, la información que los medios de comunicación transmiten es por un lado parcial y por otro irracional, pues la información que las personas van a adquirir será en función de lo que los propios partidos políticos determinen que será publicado para la ciudadanía, entonces “la poca información disponible facilita la actuación de ambos actores durante los procesos electorales, pero también limita la posibilidad de fiscalizar el ejercicio de gobierno, reduciendo las posibilidades de una mayor democratización” (2005: 9).

Entonces en una sociedad en donde se tiene la libertad de decidir sobre a qué medio le confiará su aprendizaje, se puede pensar en las diversas luchas por los medios de comunicación para lograr atraer no solo vistas a sus noticias, sino que comenzar a crear comunidades o fandoms. En este sentido, la lucha por el poder dejó de ser una guerra que se libra en el campo de batalla de los medios, sino que ahora es una guerra por el control de los propios medios, en palabras de Gregorio Robles: “En la democracia actual quien tenga el poder de los medios de comunicación (y no de los medios de producción simplemente) probablemente tendrá el poder político también” (Castillo, 2000: 30).

El papel de los medios en la construcción de la democracia

La democracia mediática es sobre todo una democracia televisiva. Lo más importante es que la televisión se ha convertido no en un medio para transmitir el juego político sino en el objeto de la lucha por el poder político. Hoy día es imposible ganar unas elecciones sin contar con el apoyo de estos medios. La televisión ha logrado “cambiar negativamente la naturaleza y el propio modo de funcionar de la democracia” (Castillo, 2000: 30). 

Para la política, el uso de los medios de comunicación es importante, pues este les permite tener una audiencia mayor, siendo la televisión un gran parteaguas al acceso de información teniendo por un lado, un gran mercado en donde se pueden generar ideas plurales y por otro, la tergiversación de la información. Así pues los medios de comunicación fungen como “empresas sometidas a la lógica propia del mercado. Se trata de minimizar costes y maximizar beneficios” (Castillo, 2000: 37).

Es entonces que los medios de comunicación se encargan de difundir la información que la sociedad recibe, sin embargo, no puede haber sociedades completamente democráticas sin medidas tendientes a garantizar la representatividad de todos los actores que la conforman. Mucho menos puede haber una democracia robusta sin una justa distribución de los recursos a través de los cuales circula la información y la opinión de la ciudadanía.

Debates actuales

De acuerdo con Justo Soto (s/f), en América Latina la guerra mediática se produce cuando se presentan condiciones desfavorables a las élites políticas o económicas. La comunicación se usa -entonces- como arma de guerra, de hecho, grandes cifras de dinero se invierten en publicidad porque se conoce de antemano su efectividad como (re)productora del capital. A pesar de que la comunicación no parece estar concebida como una parte de la guerra desapercibido; de este modo es más efectiva aún, porque ayuda a legitimar acciones que en otro contexto difícilmente se considerarían racionales. Quienes llevan a cabo esta modalidad menos convencional donde el elemento bélico está ausente, tienen por objetivo mantener el “statu quo” en los niveles nacional o internacional.

Sirio López Velasco (s/f) nos recuerda que la concentración mediática es un componente fundamental de este fenómeno, se puede decir que las instituciones mediáticas representan los intereses de sus dueños, quienes con frecuencia forman parte de las élites económicas y se escudan en la libertad de expresión para conservar la posición privilegiada que viene de la mano de la propiedad materia de estos canales de información, reafirmando así su poder económico –al tiempo que se asegura una porción de poder político, militar y cultural–.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 + sixteen =

Concepto clave

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

10 − 5 =