Thomas Hobbes
( 1588 - 1679 )
Filosofía
Siglos XVI y XVII

En contexto

Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Westport, una pequeña aldea cerca de Malmesbury:

Nace en el seno de una familia de un conflictivo e inculto vicario, que abandonó a su mujer y tres hijos tras verse implicado en una reyerta con repercusiones judiciales. Su tío paterno, un acomodado guantero, se hizo cargo de sus sobrinos y proporcionó al joven Hobbes la posibilidad de estudiar en Oxford. Aquí entra en contacto con la filosofía escolástica de raíz aristotélica y se entretiene leyendo libros de viajes y cartas geográficas (Vallespín, 1999, p. 254).

Desde su juventud Thomas Hobbes fue un entusiasta del método científico (Copleston, 1993). Un dato curioso sobre este filósofo es que se interesó por la filosofía cuando ya era un hombre maduro.

Vivió durante un periodo de diversos conflictos en la historia de Inglaterra. Cuando ya era un adulto, el Parlamento se volvió contra el rey Carlos I y tuvo que salir huyendo a Francia, donde pasó 11 años. Fue durante este periodo que escribió obras de la talla de Leviatán o la materia, forma y poder de una República, eclesiástica y civil. De acuerdo con Copleston (1993), Thomas Hobbes se mantuvo cercano a los círculos poderosos de la época, pero a pesar de la protección que éstos le brindaban, sus ideas políticas le costaron tener que buscar asilo político en más de una ocasión. Además de ser señalado por sus ideas políticas, también fue tildado de ateo. Sin embargo, llevó una vida larga y murió en 1679, a los 91 años. Aunque Hobbes sea actualmente considerado como uno de los grandes filósofos de la historia, su obra fue ampliamente rechazada en su país natal.

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Contexto intelectual

Hobbes adoptó varios supuestos que entraron en contraposición con las creencias religiosas de su época. Por ejemplo, creyó que el alma es mortal. De acuerdo con Janine (2000), las posiciones políticas del filósofo en contra de la religión fueron inspiradas por el grupo de rebeldes conocidos como levelers (niveladores) quienes buscaron la igualdad social y defendieron la mortalidad del alma y la inexistencia del Infierno. Asimismo, una parte significativa de la filosofía política de Hobbes se inserta dentro de una de las discusiones en torno a uno de los grandes problemas de la filosofía, esto es, el problema de la naturaleza humana:

Como observa Leo Strauss, Hobbes y Spinoza son los dos primeros pensadores que contrarían la tesis de que la sociedad efectúa la realización de la naturaleza humana; en cambio, entendieron que la vida en sociedad va en contra del eje de nuestra naturaleza (p. 19).

Por otro lado, en lo concerniente a su método filosófico, Hobbes recibió gran influencia de Euclides tras su lectura de los Elementos. El filósofo desarrolló una profunda admiración por el método científico, si bien nunca llegó a ser un gran matemático (Copleston, 1993).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Si bien dentro de la historia de la filosofía Hobbes no es recordado como un filósofo de la democracia, es posible encontrar en su célebre libro, Leviatán, problemas y cuestiones que toda teoría de la democracia tiene que tomar en cuenta. Para Thomas Hobbes el mejor modo de gobierno posible es el Estado absolutista, esto es: aquel Estado en el que el poder político recae sobre una sola figura, el soberano. En orden de entender su filosofía política, y, en consecuencia, su postura frente al orden democrático será necesario explicar mínimamente algunos de sus temas más representativos.

Hobbes fue un filósofo contractualista que buscó explicar el origen de la sociedad por medio de una argumentación en torno al concepto filosófico de estado de naturaleza. En dicho estado, todos los hombres son iguales. Aunque es claro que existen notorias diferencias físicas entre unos y otros, esto no implica que los seres más débiles no aventajen a los más fuertes en otras cualidades. Al respecto, dijo Hobbes (2012), surge la desconfianza puesto que: “si dos hombres desean una cosa que no puede ser disfrutada por ambos, se convierten en enemigos” (p. 103).

Siempre que no exista un poder común, es decir, un Estado civil, los hombres se encuentran en estado de guerra permanente. Esto significa que los hombres, a causa de la desconfianza, constantemente buscan imponer sus fines sobre los otros y así obtener lo que desean. La guerra no se da entre dos particulares, sino que es un estado generalizado y que media todas las relaciones: “una disposición de batallar durante todo el tiempo en que no hayan garantías de que debe hacerse lo contrario” (Hobbes, 2012, p. 104). Asimismo, en el estado de guerra no son posibles ni la producción ni el intercambio de mercancías, ni el conocimiento, ni la ley, ni la moralidad, en fin, no es posible la sociedad.

Para ponerle fin a este estado de violencia e inseguridad, Hobbes (2012) propuso que es necesario fundar la convivencia sobre una serie de Leyes de la Naturaleza1 derivadas de ciertas inclinaciones y deseos que son comunes entre los hombres: “el miedo a la muerte, el deseo de obtener las cosas necesarias para vivir cómodamente, y la esperanza de que, con su trabajo, puedan conseguirlas” (p. 106).

Asimismo, en el estado de guerra los hombres no están obligados a cumplir los convenios que establecen. Para que los convenios, y su cumplimiento, sean posibles es necesario establecer “un poder coercitivo que obligue a todos los hombres por igual al cumplimiento de sus convenios” (Hobbes, 2012, p. 118). Este poder es el Estado. Los hombres pactan transferir su poder al Estado a cambio de seguridad. Reconocen que al ceder su libertad obtendrán la garantía de que un poder fáctico hará cumplir los convenios. Del mismo modo, los hombres obedecerán al Estado por el temor de ser castigados.

El Estado se instituye cuando una multitud de hombres conviene en que un solo individuo, o bien una asamblea, adquieran el poder de representarlos. Desde luego que el filósofo no se tomó esta afirmación a la ligera y de ella desprende una exhaustiva caracterización del poder soberano. Este tema es de gran interés para el estudio de la democracia.

En primer lugar, Hobbes (2012) consideró que, una vez instituida, no es posible abolir la monarquía, puesto que cualquier cosa que haga el monarca la hará en nombre de la multitud que le confirió su poder. Además, en el Estado instituido no hay lugar para el disenso. El filósofo consideró que un hombre, en tanto que individuo, no tiene derecho de disentir de su soberano, pues se encuentra por debajo de la voluntad de la multitud que lo instituyó (p. 146). Tampoco existen acciones injustas por parte del soberano, puesto cada una de sus acciones fueron autorizadas por medio del pacto: “Es cierto que quienes tienen poder soberano pueden cometer iniquidad, pero no injusticia o injuria, en el sentido más propio de estas palabras” (p. 147).

Así también, Hobbes (2012) creyó que en una monarquía el soberano tiene el poder de limitar y decidir sobre las ideas que expresan y la manera en que son educados sus súbditos:

Es inherente a la soberanía el ser juez de qué opiniones y doctrinas desvían de la paz, y de cuáles son las que conducen a ella y, en consecuencia, el ser juez también de en qué ocasiones, hasta dónde y con respecto a qué debe confiarse en los hombres cuando éstos hablan a las multitudes, y quién habrá de examinar las doctrinas de todos los libros antes de que éstos se publiquen (p. 148).

Asimismo, el soberano tiene el poder de decidir sobre qué cosas pueden o no ser propiedad privada de sus súbditos; decidir si hacerle o no la guerra a otras naciones, y determinar cuáles serán las penas, físicas o pecuniarias, para castigar las ofensas de sus súbditos.

Finalmente, teniendo en cuenta lo anterior, ofreceremos una serie de consideraciones en torno a la democracia. En primer lugar, para Hobbes la democracia es inferior a la monarquía puesto que ésta produce disenso y por tanto inestabilidad, mientras que lo que busca un soberano es mantener la paz (sin importar los costos que esto implique). Por otro lado, no parece que Hobbes considerara que la discusión pública y la crítica son elementos necesarios para el progreso de una sociedad, en cambio para mantener la paz basta que el soberano determine qué es legítimo y qué es censurable. En la filosofía política de Hobbes no hay apertura para la democracia pues, para él, la idea de convenio y la idea de conservar la paz son mucho más estimables que los individuos.

1 Literalmente Hobbes (2012), define Ley Natural de la siguiente manera: “Es un precepto o regla general, descubierto mediante la razón, por el cual a un hombre se le prohíbe hacer aquello que sea destructivo para su vida o elimine los medios para de conservarla” (p. 107).

Impacto de su pensamiento en la realidad

Los impactos más notorios de las ideas políticas de Hobbes podemos encontrarlos en la Revolución de los Estados Unidos de América, así como en la elaboración de su Constitución (Wilkerson, 2014).

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