Subcomandante Marcos
( 1957 - presente )
Dirigente Político(a)/Revolucionario, Política-Ciencia Política
Mundo Contemporáneo

En contexto

El Subcomandante Marcos es un exprofesor mexicano, quien, de 1994 a 2014, fue vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), levantamiento indígena que tuvo lugar en Chiapas el 1 de enero de 1994, que posteriormente se convirtió en un movimiento político dedicado a la defensa de los derechos de los indígenas en México. Su faceta como líder del EZLN lo convirtió en un ícono de rebeldía a nivel internacional y en un autor ampliamente leído, no sólo de escritos políticos sino también de novelas y poesía (Encyclopaedia Britannica, 2020).

Se considera que la identidad de Marcos es la de Rafael Sebastián Guillén Vicente, nacido el 19 de junio de 1957 en Tampico, Tamaulipas. Hijo de Alfonso Guillén, quien era dueño de un negocio dedicado a la venta de muebles y llegó a ser líder de la cámara de comercio local. Egresado de la licenciatura en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ganador de la medalla Gabino Barreda (distinción otorgada por generación al mejor alumno de cada licenciatura de la UNAM). Desempeñó la docencia en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, antes de tomar la decisión de dedicar su vida a apoyar el levantamiento indígena desde su fundación en 1983 (Nájar, 2018).

El 1 de enero de 1994, la plaza central de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, amaneció ocupada por cientos de indígenas armados. Esta fue la primera aparición de Marcos en la escena pública. Durante 12 días, el EZLN se enfrentó con el ejército mexicano, hasta que el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari decretó un cese al fuego unilateral y convocó al diálogo. Durante los años siguientes, Marcos convocó varios encuentros internacionales en territorio zapatista, emitió con frecuencia comunicados desde la Selva Lacandona y en 2001 recorrió varios estados del país junto a otros miembros del EZLN hasta llegar a la Ciudad de México para exigir que fueran cumplidos los Acuerdos de San Andrés (documento que se negoció con el presidente Ernesto Zedillo, en el que se reconocen los derechos de los pueblos originarios) (Nájar, 2018).

Resulta complicado distinguir la vida de Marcos del curso que ha venido tomando el movimiento zapatista los últimos 26 años, puesto que las noticias que nos llegan de este hombre son a través de sus apariciones públicas como vocero del movimiento indígena. Ahora bien, cabe señalar que a partir de 2001 sus comunicados y apariciones fueron haciéndose más escasos (Nájar, 2018).

El 02 de mayo de 2014 la comunidad de La Realidad en Chiapas –uno de los principales bastiones del EZLN– fue atacada por campesinos armados. En esta agresión murió José Luis Solís López, profesor en uno de los planteles del sistema educativo zapatista, quien era conocido por sus camaradas como Galeano y formaba parte del relevo generacional entre los líderes del zapatismo (Nájar, 2018). Marcos, convocó a una conferencia de prensa en la que proclamó que su nuevo nombre es Subcomandante Galeano y que, desde ese momento, Marcos dejó de existir:

Y para que esa impertinente que es la muerte quede satisfecha, en lugar de Galeano ponemos otro nombre para que Galeano viva y la muerte se lleve no una vida, sino un nombre solamente, unas letras vaciadas de todo sentido, sin historia propia (Subcomandante Marcos, citado en Nájar, 2018)

A partir de este suceso, Guillén Vicente mantiene un perfil bajo y los comunicados del EZLN ahora son firmados por el Subcomandante Moisés, ahora vocero del movimiento, y quien se cree que es su principal discípulo.

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Contexto intelectual

Para esbozar quiénes son las principales figuras que influyen el pensamiento político del Subcomandante Marcos, comenzaremos por sus años como universitario. De este periodo podemos decir que destacan las influencias de filósofos como Louis Althusser, Michel Foucault o Alain Badiou; además de Emiliano Zapata y Ernesto Guevara.

Ya como jefe militar del EZLN, Marcos sostuvo una postura anticapitalista, pero sin pretensiones universalistas, esto es, que no busca imponer su visión del mundo sobre otras luchas por la justicia social, sino de unirlas en su pluralidad. Muestra de ello es el siguiente pasaje, tomado de un comunicado de prensa de mayo del 98, en el que el Subcomandante Marcos (1994) expone su visión acerca de las diferentes luchas por la justicia:

En fin, Marcos es un ser humano, cualquiera, en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo “¡Ya basta!”. Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos (párrafo 58)

En suma, Marcos es un pensador que está a favor de la justicia social en sus diferentes dimensiones; pero que no piensa que la revolución zapatista sea el único modo posible de transformar la realidad.

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Para exponer de una manera que resulte satisfactoria los aportes de Marcos a la historia de la democracia, es menester ocuparse además de delinear el pensamiento político que está a la base del EZLN.

Comenzaremos reflexionando acerca de los ideales políticos expuestos en la Primera declaración de la selva Lacandona, emitida por el EZLN el 1 de enero de 1994. La idea de la que parten los zapatistas es la resistencia que ha llevado a cabo el pueblo mexicano ante la opresión histórica –500 años de luchas, dicen ellos– que ha tenido el propósito de saquear la riqueza de la nación, por medio de la exclusión y la pauperización del pueblo:

(…) sin importarles que estemos muriendo de hambre y enfermedades curables, sin inmortales que no tengamos nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre y democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos. (Primera declaración de la Selva Lacandona, 1994, párrafo 1)

Tal resistencia no ha proliferado, dado que las condiciones de opresión persisten. Por esta razón, los zapatistas decidieron levantarse en armas contra el ejército mexicano. La idea presente aquí es que tal exclusión y tales despojos son producto de decisiones unilateralmente tomadas por una minoría al servicio de sus propios intereses y no los del pueblo. En consecuencia, los zapatistas piden que se aplique el artículo 39 constitucional (referente a que la soberanía nacional reside en el pueblo). Para ellos, el presidente (en aquel momento Salinas de Gortari) es un dictador que debe ser depuesto.

En su declaración de guerra, el EZLN resume su plan político en seis puntos a seguir: i) que se avance hacia la capital del país, derrotando al ejército mexicano, y que los pueblos liberados puedan elegir libre y democráticamente a sus autoridades; ii) respetar la vida de los prisioneros y entregar a los heridos a la Cruz Roja; iii) iniciar juicios sumarios contra aquellos soldados o militares que sean pagados o entrenados por extranjeros, o que repriman, roben, maltraten o atenten contra el pueblo; iv) formar nuevas filas con aquellos que elijan unírseles; v) pedir a los cuarteles enemigos que se rindan antes de iniciar los combates; vi) que en los lugares controlados por el EZLN se suspenderá el saqueo de nuestras riquezas naturales (Primera declaración de la Selva Lacandona, 1994).

Ahora bien, para continuar con esta exposición es necesario centrar nuestra atención en el quinto punto mencionado en el párrafo anterior, puesto que en él se deja entrever el proyecto político del movimiento indígena, a saber, que todas las comunidades puedan deliberar democráticamente sobre sus formas de gobierno. Cómo podría darse una democracia auténtica, de manera generalizada, en el país, es un tema sobre el que reflexionó el Subcomandante Marcos en una conferencia de prensa en febrero de 1994. En dicha conferencia, Marcos comenzó reconociendo que el problema de la democracia nacional rebasa la lucha zapatista: “Corresponde a la sociedad civil, a los medios de comunicación y a los partidos políticos presentar proyectos sobre ese tema, ya que son quienes tienen posibilidades reales de darle a este país otro rumbo” (Enlace Zapatista, 1994, párrafo 1).

Para que esto sea posible, es necesario que en México exista un cuarto poder, no reconocido en la Constitución, a saber, el poder de la sociedad civil. Marcos reconoce que la lucha del EZLN por la democracia está geográficamente delimitada al estado de Chiapas (cosa que parece no concordar con lo expuesto en la Primera declaración de la Selva Lacandona):

Lo que se refiere a democracia nacional rebasa la mesa de San Cristóbal, y lo que se refiere a la reforma al artículo 27 constitucional -que estamos pidiendo- también rebasa la mesa de San Cristóbal. A nivel estatal, hay muchas probabilidades que se resuelvan las demandas de libertad, democracia y justicia. (Enlace Zapatista, 1994, párrafo 8)

Por lo tanto, el asunto de la democracia nacional compete a la sociedad civil en su conjunto y no al EZLN ni a cualquier otro particular:

«Pero entiendan, nosotros no le podemos decir al país: ya negociamos la democracia de México, en San Cristóbal», casi gritó a los periodistas. «Porque entonces el país nos va a decir ¿quién te nombró a que fueras mi vocero? Para esto tiene que haber un movimiento más grande… Y para que se dé una democracia, la mesa tiene que ser más grande: del país entero». (Enlace Zapatista, 1994, párrafo 9)

Ahora bien, hay que tener presente que esta conferencia de prensa se dio en el marco de las elecciones presidenciales de 1994 en las que ganó el candidato del PRI, Ernesto Zedillo, quien fue candidato suplente del asesinado Luis Donaldo Colosio. A la sociedad en general le preocupaban las implicaciones que estas elecciones tendrían para la democracia. Por esto, los periodistas preguntan qué opina el EZLN al respecto. En suma, los zapatistas consideran que el ejercicio pleno de la democracia está en manos del pueblo y que corresponde a cada comunidad deliberar sobre sus autoridades. Por esto, dicen, no debería ser tarea del gobierno garantizar unas elecciones limpias, sino del pueblo mismo.

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Para entender las implicaciones que tiene el levantamiento del EZLN en el mundo contemporáneo, hablaremos acerca de cómo éste pone en práctica la democracia a través de las Juntas de Buen Gobierno (JBG) y de los caracoles.

Rememoremos que, tras casi un año de lucha, el 19 de diciembre de 1994, la comandancia general del EZLN, junto con apoyo de la población local, tomó el control de 38 municipios del estado de Chiapas. Estos hechos se dieron de manera pacífica. Como primer momento, las comunidades se dieron a la tarea de renombrar tales municipios, hecho que se expresa en el siguiente pasaje:

La conciencia rebelde se hizo notar en forma sensible. Los pueblos eligieron nombres como General Emiliano Zapata, Libertad de los Pueblos Mayas, Ernesto Che Guevara, Lucio Cabañas o Magdalena de la Paz. Con ellos, los territorios que antes poseían hacendados y finqueros fueron resignificados. (Romero, 2019, párrafo 2)

En un segundo momento de su conformación, los nuevos municipios deliberaron regirse bajo lo estipulado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, las Leyes Revolucionarias Zapatistas (1993) y las leyes determinadas por el propio municipio. Hay que señalar que estos municipios no dependen de la autorización del EZLN para tomar decisiones en materia política, sino que se autogobiernan; éste sólo brinda protección ante ataques del ejército o de grupos paramilitares.

En 2001, el EZLN intentó por última vez que el Estado mexicano reconociera el derecho que todos los pueblos indígenas tienen al autogobierno, recibiendo gran apoyo de la sociedad civil. Sin embargo, sus reclamos no fueron tomados en cuenta por la esfera gubernamental y, por esta razón, en 2003 determinaron “que los tiempos de pedir y de exigir estaban agotados, y que era momento de pasar al tiempo de ejercer” (Romero, 2019, párrafo 5). Se suspendió totalmente todo intento de diálogo con el Estado mexicano y el 9 de agosto de ese año se anunció que cinco Caracoles serían creados, junto a sus respectivas JBG.

Los principios que rigen las JBG son: rotatividad, revocación de mandato y rendición de cuentas. Esto quiere decir que es el pueblo quien en todo momento tiene el poder en la toma de decisiones, dado que sus autoridades, que son temporales, están sujetas a ser revocadas si no cumplen con sus funciones y, además, tienen que rendir cuentas:

Son verdaderas redes del poder de abajo. En ellas se articulan los consejos municipales, los cuales a su vez agrupan a las autoridades comunitarias. Así es como se va tejiendo esa forma emancipadora del poder en el que los gobernantes pasan a ser servidores, personas que mandarán obedeciendo al pueblo. Cualquier persona que visite territorio zapatista puede percibir los logros de este ejercicio de autogobierno. Los y las zapatistas han dedicado sus esfuerzos a darse a sí mismos techo, tierra, trabajo, salud, alimentación, educación, democracia, libertad, justicia, cultura e información. Pero desde su origen, el EZLN fue claro: su lucha no es por beneficios para los pueblos que agrupa, ni tampoco es sólo para los pueblos indígenas, es una lucha por todos y todas. (Romero, 2019, párrafos 8 y 9)

Finalmente, hay que señalar que las JBG son el aporte de los pueblos mexicanos del sur (los más históricamente oprimidos) a la historia de las luchas por la reivindicación en términos de justicia social, “El diálogo que establecen entre lo particular y lo universal, les abre un lugar en la historia justo al lado de las comunas de los sóviets, de los comités, de los consejos obreros, de los municipios libres” (Romero, 2019, párrafo 10). Es cierto que todavía hoy estas comunidades enfrentan grandes retos, empezando por el no-reconocimiento de su autonomía por parte del Estado. Sin embargo, no deja de resultar inspiradora la idea de que las comunidades históricamente explotadas y despojadas hoy comienzan a gozar de la libertad del autogobierno.

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