Sócrates
( 470 a.C. - 399 a.C. )
Filosofía
Antigüedad

En contexto

Sócrates nació alrededor del año 470 a.C. y estudió en Atenas en su juventud. Fue residente de por vida en esta ciudad y experimentó una época en la que ésta se encontraba en expansión militar por lo cual existía un intercambio cultural importante frente a otras ciudades aledañas. Época en la cual Atenas se encontraba marcada socialmente por las diferencias entre la aristocracia y los plebeyos y, políticamente por la oligarquía y la tiranía. Sin embargo, la ciudadanía comenzaba a pugnar por ideales nuevos referentes a la democracia en la vida política de la ciudad (Abbagnano, 1994).

Sócrates se mantuvo alejado de la política; su vocación siempre fue la filosofía entendiendo ésta como “un examen incesante de sí mismo y de los demás; a este examen dedicó enteramente todo su tiempo, sin practicar ninguna enseñanza regular” (Abbagnano, 1994, p.56). Asimismo, vivió de manera humilde con su mujer Jantipa y sus hijos. Se conoce poco de la vida de Sócrates ya que nunca se dedicó a la escritura de su filosofía. Los retratos más cercanos que se tienen de él y de su pensamiento son los de Jenofonte, Platón y Aristóteles:

La caricatura que Aristófanes nos ha dado de Sócrates en las Nubes, como filósofo de la naturaleza que da de los hechos más sencillos las explicaciones más complicadas y como sofista que convierte en fuertes los discursos más débiles y hace triunfar a los injustos sobre los justos […] Jenofonte, escasamente dotado de espíritu filosófico, nos ha dado una presentación extremadamente pobre y mezquina de la personalidad de Sócrates […] la personalidad de Sócrates vive potentemente en los diálogos de Platón […] Los testimonios de Aristóteles, en fin, no nos dicen nada más de cuanto ya se encuentra en Jenofonte y en Platón (Abbagnano, 1994, p.57)

La importante influencia que Sócrates ejerció en Atenas no pudo verse mermada a pesar de las acusaciones que surgieron en su contra cuando tenía aproximadamente setenta años. Fue acusado por Melitos, Anitos y Licón de corromper la juventud enseñando creencias contrarias a la religión del Estado. Sócrates no quiso conceder ante los jueces dicha acusación y se dedicó, en su defensa, a la exaltación de la tarea educativa que ejerció en Atenas.

Sócrates fue declarado culpable, condenado a marcharse al destierro o proponer una pena, a lo cual él se manifestó dispuesto a pagar una multa de tres mil dracmas, pero no abandonaría su amada ciudad; debido a esto una mayor cantidad de personas pidieron su condena a muerte; entre la misma y su ejecución pasaron treinta días:

Durante este tiempo los amigos organizaron su fuga y procuraron inducirle a ella; pero Sócrates rehusó. […] Sócrates quiere dar con su muerte un testimonio decisivo a favor de su enseñanza. Había vivido hasta entonces enseñando la justicia y el respeto a la ley; no podía, con su fuga, ser injusto hacia las leyes de su ciudad y desmentir así, en el momento decisivo, toda su obra de maestro. […] Contaba setenta años de edad, consideraba que había cumplido su misión, a la que había permanecido fiel durante toda su vida y a la que debía todavía dar, con la muerte, la última prueba de fidelidad (Abbagnano, 1994, pp.63-64)

Sócrates, acatando el injusto veredicto de su muerte con dignidad y coherencia, demostró ser fiel a su ideología, valores y enseñanzas hasta el día de su muerte.

Mapa de ubicación

EUROPA

GRECIA

Bandera

Contexto intelectual

La principal postura frente a la cual se opuso Sócrates con su filosofía fue la Sofística. Cuadros (2013), refiere la disputa sostenida por Sócrates frente a Protágoras, respecto a al derecho a educar a los jóvenes, así como una discusión importante sobre los métodos de razonamiento, punto principal donde divergen la filosofía socrática y la sofística. “Aunque a muchos les parezca natural, el reclamo de Sócrates no tiene en realidad nada de natural, se trata de una disputa metodológica legítima, que implica un forcejeo epistemológico y político entre dos tendencias filosóficas diferenciadas y, en principio, igualmente válidas” (Cuadros, 2013, p. 78).

Asimismo, Cuadros (2013), refiere que esta disputa entre Sócrates hacia los sofistas implica versus de la filosofía como metafísica frente a la filosofía práctica. Sócrates planteó claramente un intelectualismo que implica la reducción de cuestiones de carácter práctico, ético y político, a un problema de conocimiento; “si conocemos no podemos actuar mal, si actuamos mal es por ignorancia” (Cuadros, 2013, p. 81).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Abbagnano (1994), explica que, en el pensamiento socrático, el filosofar resulta un examen incesante de sí mismo y de los otros por lo cual ningún escrito puede dirigir o motivar esta actividad. “Si Sócrates renunció a escribir, ello fue debido, por tanto, a su misma actitud filosófica y forma parte esencial de tal actitud” (p. 57)Debido a esto, no existen referencias directas de su filosofía, más que las proporcionadas por otros autores, especialmente por Platón.

Para comprender el pensamiento socrático, en primera instancia resulta importante hacer referencia a que, la tarea de la filosofía en Sócrates implica promover en el hombre la investigación en torno al hombre, debido a esto es necesario ponerlo en claro consigo mismo, reconocer sus límites y volverlo justo. Sócrates se dedicó de lleno a esta tarea mediante su consigna “conócete a ti mismo”.

La primera condición de este examen es el reconocimiento de la propia ignorancia. […] ningún hombre sabe nada verdaderamente, pero es sabio únicamente quien sabe que no sabe, no quien se figura saber e ignora así hasta su misma ignorancia. […] El medio para promover en los demás este reconocimiento de la propia ignorancia, que es condición de la investigación, es la ironía. La ironía es la interrogación tendente a descubrir al hombre su ignorancia, abandonándolo a la duda y la inquietud para obligarle a investigar (Abbagnano, 1994, pp. 58-59)

Para esta empresa, Sócrates propuso la técnica de la mayéutica “su arte consiste esencialmente en averiguar por todos los medios si su interlocutor tiene que parir algo fantástico y falso o genuino y verdadero” (p. 59). La mayéutica busca entonces la investigación en común ya que por sí mismo, el hombre no puede llegar a ponerse en claro consigo mismo:

La investigación que le concierne no puede empezar y acabar en el recinto cerrado de su individualidad: por el contrario, sólo puede ser fruto de un diálogo continuo con los demás, tanto como consigo mismo. […] El universalismo socrático no es la negación de los individuos: es el reconocimiento de que el valor del individuo no se puede entender ni realizar sino en las relaciones entre individuos (Abbagnano, 1994, pp. 59-60)

Respecto a las postulaciones socráticas sobre la democracia, si bien no existen textos directos, como se mencionaba con anterioridad, encontramos una referencia importante en Karl Popper.

Karl Popper analizó la figura de Sócrates en su obra La sociedad abierta y sus enemigos, buscando desmitificar la visión que plasmó durante siglos Platón, mediante sus diálogos. Popper (2006), pintó la imagen de un Sócrates, moralista y entusiasta, crítico de cualquier forma de gobierno por sus defectos, pero también reconociendo la importante de la lealtad al Estado: “La mayor parte de la vida de Sócrates transcurrió bajo formas democráticas de gobierno y, como buen demócrata, Sócrates sintió que era su deber poner al descubierto la incapacidad y charlatanería de algunos de los jefes democráticos de su época” (p.144).

Para Popper (2006), hay una interrogante de importancia respecto a la postura democrática en Sócrates: ¿era Sócrates adversario de la democracia?:

[…] es muy posible que haya llegado a agradecer, incluso, este juicio que le presentó la oportunidad de demostrar que su lealtad a la ciudad no tenía límites. Sócrates pudo explicar esta actitud más detenidamente cuando se le brindó, la ocasión de huir. De haberla aprovechado convirtiéndose en exilado político, todo el mundo lo hubiera considerado adversario de la democracia. Pero Sócrates no huyó (Popper, 2006, p. 209)

Asimismo, Sócrates fue ferviente opositor de cualquier forma de tiranía, por lo cual no existe razón para considerar que sus críticas a los jefes democráticos de su momento se encontraban motivadas por inclinaciones antidemocráticas. Sócrates era rígido al momento de ajustarse a las leyes de Atenas, así como al momento de defender su causa. Si bien, como podemos observar en La Apología de Sócrates, éste pudo haber huido cuando estuvo preso y condenado a muerte, optó por defenderse y, al verse obligado a tomar una decisión de vida o muerte, prefirió padecer de la injusticia que cometerla.

Impacto de su pensamiento en la realidad

La antigua Grecia es considerara como la cuna de la filosofía, fue ahí en donde se realizaron las primeras investigaciones libres y autónomas. La figura de Sócrates es entonces la representación del espíritu genuino de la filosofía griega; su investigación fue siempre llevada a cabo rigurosamente, siguiendo una pauta filosófica clara “conócete a ti mismo”, así como una técnica precisa, la mayéutica. Ambas siempre en consecución de los valores socráticos más altos: la virtud y el bien.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

two × one =