Paulo Freire
( 1921 - 1997 )
Pedagogía
Siglo XIX y principio del XX

En contexto

Paulo Reglus Neves Freire fue un pedagogo, filósofo y defensor de la pedagogía crítica de origen brasileño, prolífico durante el siglo XX. Nació el 19 de septiembre de 1921 en Pernambuco, Brasil. Fue el menor de cuatro hermanos y quedó huérfano de padre a los 13 años. Su infancia no fue fácil, entre otras cosas, porque creció durante la crisis económica conocida como la Gran Depresión de 1929, que afectó a muchos países a lo largo del mundo, por más de una década en promedio, experiencia que creo sus preocupaciones por las personas de menos ingresos, y que ayudarían a forjar su perspectiva educativa (Iervolino, 2020). Posteriormente, ingresó a la Facultad de Derecho de Recife en 1943, cuando tenía 22 años. Allí estudió Filosofía y Psicología del lenguaje al mismo tiempo.

Fue nombrado director del Programa Nacional de Alfabetización de Brasil en 1963, pero también fue encarcelado durante 70 días víctima de la persecución en 1964. A modo de contexto, este episodio de la historia brasileña tuvo lugar cuando fuerzas armadas, impulsadas por Estados Unidos, derrocaron el federalismo presidencial de Joao Goulart y en su lugar instauraron una dictadura encabezada por Ranieri Mazzilli. Durante ese año, intelectuales como el pedagogo y filósofo brasileño fueron perseguidos (Encyclopaedia Britannica Editors, 2019).

Por esto, tuvo que exiliarse en Bolivia y luego se fue a Chile. En 1967 publicó La educación como práctica de la libertad, su primer libro. En 1968, escribió su gran obra Pedagogía del oprimido que fue publicada hasta 1970 (en Brasil fue publicada hasta 1974) (Iervolino, 2020) En 1979, Paulo Freire regresó a Brasil y en ese mismo año participó activamente para fundar el Partido Obrero. En 1989 fue nombrado secretario de educación de Sao Paulo. Murió el 2 de mayo de 1997 (Encyclopaedia Britannica Editors, 2019).

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Contexto intelectual

Además de los factores personales, como la pobreza que vivió en sus primeros años o la influencia que sus seres queridos ejercieron en él, Paulo Freire recibió inspiración y guía de la obra de numerosas corrientes, tales como el existencialismo, la fenomenología, el humanismo, el marxismo y la cristiandad. Además, su lectura de filósofos como Frederick Hegel, Karl Marx, John Dewey, Erich Fromm, Frantz Fanon, Antonio Gramsci, entre otros, sin duda tuvo repercusiones en su visión crítica de la pedagogía y en su obra en general.

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

La principal obra de Paulo Freire es Pedagogía del oprimido. Ésta constituye un gran aporte para la filosofía de la educación y es un referente en las reformas de los modelos educativos contemporáneos. Además, para el estudio del tema que aquí nos interesa podemos añadir que en esta obra el autor liga el concepto de educación al de democracia convirtiéndolo en una de sus partes fundamentales.

Para el filósofo, la educación juega un papel decisivo en la conformación de una sociedad democrática. Para él la ‘educación para la libertad’ funciona como una condición previa para la democracia. Esto es así, ya que la educación ha contribuido en la producción o en el rechazo de determinados principios ideológicos y políticos. Por esto se hace importante la tarea de hacer un cambio en la educación que favorezca la práctica democrática:

Para Freire la educación actual debe cambiar de manera radical hacia una mayor creatividad y libertad que abogue por un conocimiento crítico. Para ello, establece como principio normativo lo que él denomina una ‘lógica de la sospecha’ que nos haga cuestionarnos la realidad, que nos haga sospechar que toda relación cultural envuelve un aspecto de dominación. (Delgado, 2010, p. 141)

Así, mediante el ejercicio de la crítica los ciudadanos son formados “de forma activa, dialógica y crítica para que lleguen a ser individuos comunicativos, humildes, amorosos, autocríticos e inquietos” (Delgado, 2010, p. 142). A su vez, el diálogo entre los individuos contribuye a la construcción de la sociedad, pues éste implica el intercambio de opiniones y el respeto a la igualdad.

Por otra parte, el proyecto educativo de Paulo Freire considera que la vida y la educación están estrechamente vinculadas. Por esto, la conciencia crítica tiene que poner atención en las condiciones históricas y materiales de la sociedad de su tiempo con el propósito de construir el mundo. En este sentido son las propias comunidades las encargadas de cuestionar su realidad, construyendo conocimiento a partir del diálogo que sostienen entre sí, pero sobre todo lo que se conseguirá con esto es que los estudiantes determinen qué tipo de conocimientos han adquirir en función de sus necesidades concretas:

No se trata de que esos saberes culturales e instrumentales sean impuestos por agentes externos, sino que la propia comunidad educativa debata y determine cuáles son las actuales exigencias sociales, económicas y formativas. Al plantearse qué se quiere aprender la motivación del estudiante aumenta y, con ello, las probabilidades de éxito escolar y profesional. (Delgado, 2010, p. 144)

Además, el modelo educativo propuesto por Freire no contempló que la relación entre los educadores y los educandos sea vertical, sino que ésta ha de ser dialógica. Asimismo, para el pensador brasileño un educador no es el que vierte contenidos sobre sus alumnos, sino aquél que está abierto a escuchar y a posibilitar la construcción de nuevos conocimientos al orientar sus respuestas: “es tan importante la aportación de cualquier estudiante como la del propio educador, pues la educación no es unidireccional sino bidireccional e involucra un aprendizaje tanto del educador como del educando” (Delgado, 2010, p. 145).

Así el modelo educativo de Freire nos conduce a una educación que no verse sobre cuestiones abstractas, sino que examine las realidades concretas de los individuos esto con el propósito de crear nuevas políticas, ideologías y sistemas de valores. Y precisamente esta tarea corresponde a los oprimidos, puesto que solamente ellos pueden concebir un futuro diferente que resuelva las injusticias de su presente. En suma, la educación es el escenario a partir del cual se definirán las condiciones necesarias para la transformación social, para que todos podamos participar democráticamente: “Una educación liberadora sería una educación por y para la libertad cuyo último objetivo sea la construcción de una sociedad basada en la democracia participativa. La educación como acto político debe crear y construir a favor de la democracia” (Delgado, 2010, p. 149).

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Sin duda la labor humanitaria de Freire impactó positivamente en la vida de todos aquellos que abandonaron su condición de analfabetismo gracias a su trabajo, por ejemplo, cuando en 1962 enseñó a leer y a escribir a 300 trabajadores de plantíos de caña de azúcar en 45 días. Otro de sus aportes a la humanidad fue su reconocida obra Pedagogia del oprimido que en la actualidad constituye uno de los textos fundamentales de la pedagogía crítica. Actualmente se le considera un referente obligado en las ‘nuevas aproximaciones socioculturales sobre la lectura y la escritura en el mundo contemporáneo’ (Iervolino, 2020). Además, su propuesta de una educación liberadora trazó el camino para una transformación social hacia la democracia.

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