Marco Tulio Cicerón
( 106 a.C. - 43 a.C. )
Política-Ciencia Política
Antigüedad

En contexto

Marco Tulio Cicerón nació en Arpino en el año 106 a.C. en el seno de una familia plebeya. Su padre logró que tanto él como su hermano Quinto, se educaran en Roma junto con los hijos de la alta aristocracia. Se formó en derecho, oratoria, literatura y filosofía. Su pensamiento y obras se encontraron siempre a la defensa de la libertad y los valores de la República; era leal al modelo tradicional republicano, contra aquellos que defendían la tiranía y el surgimiento del Imperio (De la Oliva, et al., 2000).

En el año 77 a.C. comenzó su carrera política, siendo elegido integrante del Senado en el 74 a.C. y tomando el cargo de cónsul en el 64 a.C., éste último en oposición a Lucio Sergio Catilina quien, después de un segundo intento fallido de ser cónsul, organizó una conspiración para derribar al gobierno; ésta fue controlada por Cicerón quién detuvo y ejecutó a varios de los partidarios de Catilina, expulsándolo del Senado.

Debido a estas acciones, fue criticado por haber actuado con excesiva dureza, sin proporcionar garantías legales a los conspiradores y fue condenado al exilio en el 58 a.C. Luego de un año en Macedonia, regresó a Roma con el perdón de Pompeyo el Grande. Se pronunció a favor de éste durante la guerra con Julio César, quien terminó siendo dictador del año 48 al 44 a.C., cuando fue asesinado. Posterior a este evento, Cicerón volvió a la política para promover la restauración del régimen republicano, en contra de Marco Antonio. Intentó aliarse así con Octavio Augusto, hijo de César. Sin embargo, tras la batalla de Módena, Octavio se reconcilió con Marco Antonio y unió sus fuerzas con él y con el ejército de Lépido para la formación del segundo triunvirato (43 a.C.).

Cicerón intentó escapar de Roma en diciembre del año 43. Sin embargo, fue capturado y decapitado; su cabeza y sus manos se expusieron en público, como castigo ejemplar a los opositores del triunvirato (López, 2014).

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Contexto intelectual

El pensamiento de Cicerón es considerado como una combinación entre las ideas estoicas, platónicas y aristotélicas. Dentro de sus estudios se vio involucrado no sólo en diferentes corrientes sino también en distintas disciplinas; fue discípulo del epicúreo Fedro y del estoico Diodoto, así como alumno del maestro orador Molón de Rodas y del estoico Posidonio (Fernández, et al., 2004).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Cicerón plasma sus principales reflexiones políticas en la obra Sobre la república (54 – 52 a.C.); obra que se encuentra compuesta a modo de diálogo, como sucedía en la tradición platónica, siendo el protagonista Escipión, quien introduce la definición de Estado:

Condición necesaria para que haya un Estado es, según esta definición, la existencia de un pueblo, y un pueblo se constituye a través de la conciencia jurídica común de sus integrantes, así como por su convicción de que hay una utilidad común para ellos. Tanto la comunidad de derecho como la comunidad de intereses son para Cicerón rasgos distintivos de un pueblo (populus) (Santos, 2013, p.8)

Cicerón fue defensor de la ideología de “un derecho congruente con la Naturaleza, que es igual para todos los hombres” (Farías, 2002, p. 226). Por lo tanto, todos los hombres, reunidos como pueblo por acuerdo común y asociados por utilidad, poseen autoridad, la cual debe “ser ejercida con el respaldo del Derecho y justificada por razones morales; existe un derecho superior al positivo que lo legitima […] el derecho positivo debe ser congruente con la naturaleza del hombre como ser racional y social” (p. 226).

Por otra parte, Cicerón, refiere al concepto de res publica el cual implica un campo común de intereses de un pueblo, del cual no se harán cargo por sí solos, sino buscarán que sean asumidos y que el Estado pueda dar respuesta siempre a estos intereses: “El gobierno de un Estado debe corresponder siempre con su política, según Cicerón, a la conciencia jurídica común de los ciudadanos y a sus intereses comunes” (Santos, 2013, pp.10-11).

Si las condiciones citadas anteriormente se cumplen, el gobierno puede ser ejercido de distintas formas: como la monarquía o reino (regnum), como la aristocracia (civitas optimatium) y como democracia (civitas popularis) (Santos, 2013).

Para Farias (2002), Cicerón “defendió ‘la forma mixta de Gobierno’ (Monarquía-Aristocracia-Democracia) de ascendencia aristotélica, que el pueblo romano, según Polibio, encarnó en los momentos en que armonizó cónsules (Monarquía), con Senado (Aristocracia) y Comicios (Pueblo)” (p. 226).

En concordancia con Polibio, Cicerón continuó con esta ideología de las formas de Estado posibles. Consideró que las formas básicas, ya mencionadas, no son óptimas, mas sí aceptables, ya que son en cierto modo estables; tras analizar la aristocracia y la monarquía, Cicerón refiere algunas consideraciones respecto a la democracia.

En una democracia directa –como lo era habitualmente en la Antigüedad–, en la que el poder político es ejercido por la colectividad a través de asambleas y consejos populares, la participación igualitaria de todos los ciudadanos en el poder político es en sí misma injusta, aun cuando por lo demás el pueblo pueda ser correcto y moderado. […] La injusticia de la participación igualitaria entre los ciudadanos de un Estado la fundamenta Cicerón en el hecho de que no se establece ninguna diferencia de grado en la dignitas de los ciudadanos. Bajo el concepto de ‘dignitas’ ha de entenderse la posición y valoración en la vida pública, el prestigio social que alguien posee (Santos, 2013, pp.14-15)

En conclusión, respecto a la política y la democracia, Cicerón estableció el ideal de la constitución mixta, “… caracterizada por tres elementos estructurales: en ella está en la cúspide un elemento monárquico. Luego hay determinadas funciones políticas atribuidas a un sector dirigente, y finalmente existen ciertos ámbitos de actividad reservados al juicio y voluntad del pueblo” (Santos, 2000, p. 16).

Impacto de su pensamiento en la realidad

Cicerón dejó el testimonio de su voz y valentía a favor de la República, así como la continuación de las bases de la política occidental. Asimismo, se considera que sus aportaciones implican no sólo el ámbito intelectual, sino en una pluralidad de intereses: la oratoria, la filosofía griega, la historia, y los trabajos del Foro y del Senado (De Villena, 2014).

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