Lázaro Cárdenas del Río nació el 21 de mayo de 1895 en Jiquilpan, Michoacán, fue el tercero de ocho hijos, su madre fue Felícitas del Río Amezcua y su padre Dámaso Cárdenas Pinedo; tuvo tres hermanas: Margarita, Angelina y Josefina, sus cuatro hermanos fueron Dámaso, los gemelos Alberto y Francisco y el menor José Raymundo.
El hogar en el que creció con su familia, casi alcanzó las dos hectáreas de extensión, sus padres se dedicaban al comercio e instalaron tiendas de abarrotes y hasta un billar; la familia Cárdenas del Río envió a sus hijos a escuelas que se regían bajo el método de la “cooperación” en palabras de Morales: “Cárdenas ha dejado de manifiesto que sus padres pagaban tan solo dos pesos mensuales de colegiatura” (2009: 958).
La infancia de Cárdenas se desarrolló en un mundo agrario, artesanal y comercial. La educación que recibió durante la primaria, que en aquella época equivalía a lo que al día de hoy se conoce como educación básica, es decir la primaria y secundaria, en ese entonces, era suficiente para poder ser acreedores del grado de “maestro rural” (2009: 959).
Cárdenas forjó su visión sobre las desigualdades existentes en la sociedad, a partir de un trabajo adscrito a la oficina de Rentas. Debido a que su padre tenía conexiones en el sector público, Lázaro pudo iniciar su trayectoria en la burocracia municipal en donde aprendió el “oficio secretarial de amanuense y los rudimentos básicos del contable”. Fue a partir de ese trabajo donde vivió una injusticia junto con otro colega, pues su jefe, les hizo pasar por un fraude económico, lo cual generó que Cárdenas y su colega fueran detenidos por un par de días.
Para el año 1911, su padre, Dámaso Cárdenas falleció debido a una pulmonía, lo cual desató que Lázaro Cárdenas se hiciera cargo de su familia económicamente (INHERM, 2020). Tras la muerte de su padre, su madre Felícitas, Cárdenas consiguió una máquina de coser y con esto comenzó con un emprendimiento, y a la par comenzó en el oficio de impresor, el cual logró dominar y con esto ayudar a la economía familiar.
Durante su adolescencia, a pesar de su trabajo de “escribiente”, Cárdenas, a pocos años antes de integrarse a la lucha armada revolucionaria, manifiestó una proyección de su futura vocación política, deseo de fama, así como una conciencia por la condición social de su país. Todo esto se puede ver con esta carta en la que narra un sueño que se le manifestó “una noche borrosa”:
Creo que para algo nací. Algo he de ser. Vivo siempre con la idea fija de que he de conquistar fama. ¿De qué modo? No lo sé. Una noche borrascosa soñaba que andaba por las montañas, con una numerosa tropa, libertando a la patria del yugo que la oprimía. ¿Acaso se realizará esto? Puede ser. Pienso…en el puesto que ocupo jamás lo lograré, pues en éste no se presentan hechos de admiración. De escribiente, no, pues…con la pluma no se consigue, no se conquista fama para hacerse temer. ¿De qué pues logro esta fama que tanto sueño? Tan sólo de libertador de la patria. El tiempo me lo dirá (Solórzano de Cárdenas & Suárez, 1988: 18).
Estimulado por las noticias que recibía de los dramáticos sucesos posteriores al golpe de Victoriano Huerta, la revolución se acercaba más a la vida del jóven Cárdenas. El 30 de mayo el del General José Rentería tomó la ciudad de Zamora, a 57 kilómetros de Jiquilpan y el 1° de junio un grupo de revolucionarios al mando de Pedro Lemus acudieron a su imprenta. Exaltados los ánimos, Cárdenas se une a la lucha armada el 18 de junio de 1913 (Solórzano de Cárdenas & Suárez, 1988: 27).
A la edad de 39 años se convirtió en presidente de México para el periodo de 1934 a 1940; impuso el sistema de presidencia sexenal, nacionalizó los ferrocarriles, fundó diversas instituciones además de ayudar a los sindicatos de trabajadores, a la producción agrícola y crecimiento urbano.
Bandera
En su infancia Cárdenas fue influenciado por su profesor Esteban de Jesús Fajardo, Esteban Arteaga y Modesto Estrada, estos fueron quienes le inculcaron “amor por los árboles, la botánica y la historia de México”, al mismo tiempo, obtuvo acceso a las obras de Víctor Hugo, del liberal Juan A. Mateos y algunos textos de Historia de México (Morales, 2009: 560).
La imprenta en donde laboró, “La Económica”, fungió como un punto de reunión de liberales ilustrados, que si bien, en Jiquilpan no se vio tan afectado el ambiente por la Revolución Mexicana en 1910, en la imprenta podían conversar sobre temas como el despojo de tierras a comunidades indígenas, la explotación de los campesinos, la concentración de la riqueza y la desigualdad, por lo que esto permitió que Cárdenas comenzara a formar su postura política (CNDH, s/f).
Tres años después de que falleciera su padre, el General José Rentería, mandó a imprimir unos volantes a la imprenta en donde laboraba Cárdenas, lo cual generó un desacuerdo entre los huertistas, dichos volantes no pudieron ser repartidos y se tomaron represalias contra quienes ayudaron a los rebeldes, incluido el propio General Rentería y a los miembros de la imprenta, como Cárdenas (INEHRM, 2020).
En 1915 conoció a Plutarco Elías Calles, de quien fue un fiel seguidor, convirtiéndose en su estudiante, su alianza permitió que definieran “con precisión muchos de los rasgos que habría de tener el Estado mexicano del siglo XX, no solo respecto a lo ideológico, también por lo que hace al diseño de esquemas operativos” (Morales, 2009: 967).
A los 33 años de edad Cárdenas ingresó al “generalato de los divisionarios, ese mismo año (1928), consiguió el triunfo en las elecciones para gobernar su estado natal”. Uno de los principios de su política fue el lema “no reelección” presidencial, por lo que cuando Álvaro Obregón, volvió a ganar la reelección y posterior a su asesinato, Calles en conjunto de otros generales, crearon el Partido Nacional Revolucionario (PNR) (Morales, 2009: 968-969).
En términos generales, los aportes del cardenismo a la democracia son integrales a su programa social, el cual se caracterizó por varios elementos como: un impulso hacia formas de tenencia colectivas de la tierra; un respetuoso distanciamiento de la iglesia, siempre bajo los límites constitucionales; un marcado pensamiento indigenista; la preocupación por el desarrollo integral de la educación, y un fuerte nacionalismo, que se vería reflejado de forma más representativa con la expropiación petrolera (Knight, 2008: 186). Todos ellos, en conjunto, reciben sus orígenes no solo desde los fundamentos ideológicos revolucionarios, sino también de las vivencias y experiencias particulares del general michoacano.
Ejemplo de dichas influencias es a través de la relación de Cárdenas con Plutarco Elías Calles, pues forjaron una relación de mentoría y derivado a la “extensa y exitosa trayectoria militar” por parte de Cárdenas, para el año 1928 fue electo para ser gobernador del estado de Michoacán, siendo apoyado por la sociedad michoacana y también de políticos, no sólo Calles, sino que también el caudillo Álvaro Obregón (CNDH, s/f).
Por lo anterior, Cárdenas como gobernador impulsó su gestión a partir del reparto agrario y la educación, estas dos bases en conjunto fueron el pilar de su proyecto nacional, haciendo que en dos años “el número de escuelas en Michoacán aumentó de 357 a 899 y se triplicó el número de maestros y alumnos” para lograr que este hecho se llevara a cabo, destinó el 47% del presupuesto estatal la educación (CNDH, s/f).
Para el año de 1933, en la convención del Partido Nacional Revolucionario (PNR), en Querétaro, se decidió “elegir a Cárdenas como candidato a la Presidencia de la República en la primera votación” (Martínez, 2020: 22). Esto generó que Cárdenas se asumiera como candidato por lo que emprendió diversos viajes a lo largo del país, promoviendo las propuestas democráticas que le ayudarían en su sexenio, como cambios en la educación que se autodenominó “socialista” bajo el fundamento de que:
El Estado combatirá el fanatismo y los prejuicios, y a este fin la escuela organizará su enseñanza y sus actividades para crear en la juventud una concepción racional y exacta del Universo y de la vida social. (…) El gobierno establecerá y enseñará su ideología, predicará y defenderá las ideas de la Revolución (…) (Martínez, 2020: 22-23).
Para el caso de la reforma agraria de Cárdenas, en 1936 comenzó con el reparto agrario, tomando como base la lucha democrática que se llevaba desde la Revolución y las ideas de Emiliano Zapata al devolverle la tierra a los campesinos, de esta manera Cárdenas logró expropiar las tierras para entregarlas “a los antiguos zapatistas en la región de Morelos”, así como la creación de los ejidos colectivos, los cuales “serían uno de sus mayores aportes para crear el desarrollo capitalista”. En su gobierno se expropiaron diversas tierras a lo largo de la República Mexicana, logrando que durante sus seis años de gobierno “otorgara aproximadamente 10,651 ejidos definitivos, que reunían 18 352 275 hectáreas entre 1,020 594 campesinos” (Martínez, 2020: 32). En las fuentes oficiales se expresaba que la reforma agraria en México: “No es sino la clave de un efectivo régimen popular, porque es imposible la existencia de una verdadera democracia en un país dominado por latifundistas” (Martínez, 2020: 32).
Cárdenas logró que la clase trabajadora se estableciera:
como entidad organizada, unificada, responsable; organizada, con el fin de que su importancia numérica contase; unificada, para que su fuerza no se disipase en luchas fratricidas, y responsable, para que no exigiese demasiado a una economía subdesarrollada que acababa de salir de la recesión (Knight, 2020: 223-224)
Durante su gobierno se fundó la Confederación de Trabajadores de México (CTM) el 24 de febrero de 1936, se estimó que mediante los “experimentos con el control obrero y la educación socialista y la exhortación constante” se pensara en un gobierno a base de una democracia obrera en donde “diese cuerpo a las virtudes cardenistas del trabajo arduo, el igualitarismo, la sobriedad, la responsabilidad y el patriotismo”, en ese sentido y con una visión a largo plazo, estaba pensado el gobierno de Cárdenas (Knight, 2020: 224).
Cárdenas se posicionó enérgicamente en contra del nazismo pues “expresó resueltamente su apoyo a las democracias; prometió la plena cooperación contra cualquier ataque del Eje dirigido al continente americano y, para subrayar su compromiso” (Knight, 2020: 244).
Para el 18 de marzo de 1938, Cárdenas logró expropiar la industria petrolera que estaba al poder de una compañía extranjera; “a la conformación de una cultura sindicalista se añadía la necesidad de alcanzar una identidad nacionalista” (Martínez, 2020: 33).
Las instituciones en México que se crearon fueron el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Museo Nacional de Historia, el Colegio de México (COLMEX) y la Escuela Nacional de Educación Física. Para el año 1938 logró que se nacionalizara la red de ferrocarriles de México así como la expropiación del petróleo, además durante su gobierno, estalló la guerra civil española, decidió brindarle asilo político a al menos 40 mil españoles, entre las personas iban al menos 456 menores que fueron llevados a Morelia (Durán, 2021).
CNDH. (s/f). Política nacionalista y democrática. https://www.cndh.org.mx/noticia/lazaro-cardenas-constructor-de-una-politica-nacionalista-y-democratica
Durán, R. (2021). ¿Quién es y qué hizo Lázaro Cárdenas?. Debate. https://www.debate.com.mx/cultura/Quien-es-y-que-hizo-Lazaro-Cardenas-20210317-0160.html
Martínez, A. (2020). Lázaro Cárdenas: entre los avatares de la historia familiar y los vaivenes de la Revolución Mexicana. En Lázaro Cárdenas: Legado y modelo Tomo I. pp. 15-40. Biblioteca INHERM. https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Lazaro_CardenasMLT1.pdf
Morales, M. (2009). Lázaro Cárdenas del Río, un mexicano de tres siglos. https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/muro/pdf/cardenas_perfil.pdf
Knight, A. (2008). Lázaro Cárdenas. En W. Fowler (Ed.), Gobernantes mexicanos: 1911-2000. II (pp. 179-210). Fondo de Cultura Económica.
Knight, A. (2020). La última fase de la Revolución: Cárdenas. En Lázaro Cárdenas: Legado y modelo Tomo I. pp. 171-300. Biblioteca INHERM. https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Lazaro_CardenasMLT1.pdf
Solórzano de Cárdenas, A., & Suárez, L. (1988). Cárdenas, retrato inédito: testimonios de Amalia Solórzano de Cárdenas y nuevos documentos (2da ed.). Grijalbo.