José Martí
( 1853 - 1895 )
Letras-lingüística-periodismo
Siglo XIX y principio del XX

En contexto

José Julián Martí Pérez fue un poeta, ensayista, partidario de la independencia cubana y mártir que nació el 28 de enero de 1853. Se sabe que asistió al Instituto de Segunda Enseñanza y a Escuela Profesional de Pintura y Escultura, en la Habana. Desde joven se caracterizó por sus ideales revolucionarios. A los 16 años fundó un periódico llamado La Patria Libre (Encyclopaedia Britannica Editors, 2020).

La conquista y colonización de Cuba, que tuvo lugar en los primeros años del siglo XVI –cuando los españoles llegaron a la isla y se encargaron de exterminar a los nativos– y que se extendería hasta inicios del siglo XX, fue el evento histórico que influiría en mayor medida los ideales políticos de José Martí, llevándolo a participar activamente en los primeros intentos de liberar al pueblo cubano del yugo español. Su simpatía hacia la liberación de Cuba del dominio español le valió ser condenado a seis meses de labores forzadas en 1868.

En 1871 fue deportado a España, lugar en el que continúo con sus estudios obteniendo un título como abogado por la Universidad de Zaragoza. Además, se dedicó a escribir y publicar sus ensayos políticos. Regresó a Cuba en 1878, pero de nuevo fue Expulsado a España en 1879. Después de diversos viajes y de haberse ganado por sus publicaciones el desprecio del dictador venezolano, Antonio Guzmán Blanco, se refugió en Nueva York donde pasaría el resto de su vida (a excepción de viajes ocasionales). Durante estos años, Martí fue un prolífico escritor, entre sus obras destacaron sus poemas y ensayos en los que siempre fueron fuertes sus ideales de libertad (Encyclopaedia Britannica Editors, 2020).

En 1892 fue electo delegado del Partido Revolucionario Cubano, con centro de operaciones en Nueva York. Durante tres años estuvieron planeando una invasión a Cuba, y, finalmente en 1895 llevaron a cabo su proyecto. Llegó a Cuba en abril de 1895, con miras a comenzar la invasión. Murió el 19 de mayo de ese mismo año emboscado por tropas españolas durante una batalla (Encyclopaedia Britannica Editors, 2020).

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Contexto intelectual

Durante su adolescencia en La Habana, José Martí fue discípulo del poeta cubano Rafael María de Mendive, quien era licenciado en Derecho y en Filosofía. Este maestro influyó importantemente el pensamiento de Martí. Asimismo, cuando estuvo desterrado en España durante su juventud, Martí entró en contacto con las ideas positivistas, pero tomó distancia de ellas (Beorlegui, 2017).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

José Martí no fue un partidario directo de la tradición de pensadores occidentales de la democracia. Para él, era necesario pensar la política en términos del contexto real de los pueblos americanos. Rechazó la idea de implementar modelos políticos europeos que no toman en cuenta las condiciones reales de América. En su obra Nuestra América, el escritor cubano se dedicó a reflexionar sobre cómo sería posible una América unificada, pensada desde su propia situación. En ella, propuso una visión propia de cómo sería América libre del colonialismo europeo y de cuáles serían las tareas políticas por realizar para su consecución. Él entendió que las circunstancias eran hostiles y que los americanos tendrían que tomar acción para instaurar un nuevo modelo de comunidad:

Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada, como los varones de Juan Castellanos: las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra. (p. 31)

Además, el pensador y poeta cubano no concibió que los modelos o proyectos políticos europeos pudieran simplemente ser copiados en América, sino que era necesario implementar un modelo político que tome en cuenta nuestras particularidades y responda a nuestras necesidades:

El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma de gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país […] Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador. (Martí, 2005, p. 33)

Asimismo, además de la importancia de un gobierno propio, José Martí (2005) señaló la necesidad de crear universidades en América donde fuera posible desarrollar un conocimiento propio, no eurocéntrico: “¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidades en América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de los elementos peculiares de los pueblos de América?” (p. 33). También sostuvo que la educación en América no ha de tener una única visión occidental, sino que se ha de ocupar del estudio de su propia historia, puesto que, para los fines de la política en América, es más importante conocer las condiciones de nuestros países que estar familiarizados con los clásicos de Occidente: “La historia de América, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria” (p. 34).

Por otro lado, Martí (2005) entendió que era fundamental la participación de la juventud en la conformación de América, y, en un bello despliegue de ingenio poético, indicó que la fuerza creadora era una idea central en este movimiento. Se trata de crear cosas nuevas, cosas auténticamente americanas, no de imitar las viejas:

Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor.  Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino! Se entiende que las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales; que las ideas absolutas, para no caer por un yerro de forma, han de ponerse en formas relativas; que la libertad, para ser viable, tiene que ser sincera y plena; que si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república. (p. 37)

Finalmente, Martí (2005), consideró que era necesario eliminar la idea de raza en orden de unificar y traer paz en América: “El alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca contra la Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio entre razas” (pp. 38-9). Si esta condición no se cumple, muy difícilmente podríamos avanzar como comunidad ya que el odio y la desigualdad continuaría mediando nuestras relaciones.

En suma, el pensamiento de José Martí estuvo cargado de un fuerte ideal liberador. Su proyecto fue más allá de la emancipación política de Cuba, él buscó que sus ideas contribuyeran a la emancipación mental de los pueblos americanos, a dejar a un lado los particularismos con el objetivo de formar comunidades políticas, de las artes y del conocimiento. En fin, consolidar una América auténtica en todos los sentidos.

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Sin duda el impacto que tuvo José Martí en la memoria colectiva de Latinoamérica es notorio. Todavía hoy es recordado por sus escritos plasmados de sus ideales revolucionarios. Este hombre se comprometió con la liberación de Cuba y por esto su nombre se convirtió en referente de libertad en Latinoamérica. Asimismo, fue un revolucionario distinguido, pues su participación fue clave en la organización y unificación del movimiento de independencia cubano, muriendo en el campo de batalla. (Encyclopaedia Britannica Editors, 2020).

Así, nos es posible situar a José Martí como una pieza influyente dentro de los movimientos independentistas que se desarrollaron por toda Latinoamérica y que sin duda la semilla revolucionaria que dejó plantada florecería siete años después de su muerte cuando Cuba al fin obtuvo su independencia de España.

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