José Carlos Mariátegui
( 1894 - 1930 )
Letras-lingüística-periodismo
Siglo XIX y principio del XX

En contexto

José Carlos Mariátegui La Chira nació el 14 de junio de 1894 en Moquegua, Perú. Su padre abandonó a la familia cuando él era pequeño y dejó a su madre a cargo de los tres hijos del matrimonio. Se mudaron a Lima y, posteriormente, durante una estancia en Huacho, Mariátegui sufrió un accidente que dañó su rodilla izquierda y lo dejó cojo; este evento le obligó a abandonar sus estudios para cumplir con un periodo de convalecencia, fue entonces que inició su educación de manera autodidacta apoyado de su madre y su hermana mayor (Ediciones Era, s.f.).

Desde joven participó en la política de su país gracias a su labor periodística en el diario La Prensa, siendo un severo crítico del régimen de su momento, por lo que en 1919, el gobierno de Augusto B. Leguía le otorgó una beca para estudiar en Italia y alejarlo del país. Durante su estancia en Europa complementó su formación mediante el pensamiento socialista, estudiando el marxismo (Mariátegui & Mariátegui, s.f.).

En 1923 Mariátegui regresó a Perú y publicó su primer libro La escena contemporánea en 1925. En 1926 fundó la revista Amauta, la cual influyó de manera considerable en la cultura peruana contemporánea, brindando un espacio de intercambio de ideas con pensadores de otros países. Asimismo, colaboró con revistas literarias como “Mundial” y “Variedades”. En 1928, publicó Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, un ensayo de suma importancia para comprender la historia peruana y latinoamericana, abordando temas económicos, políticos, culturales y sociales de Perú. En 1929 fundó la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) (Mariátegui & Mariátegui, s.f.).

José Carlos Mariátegui falleció el 16 de abril de 1930 en Lima, a la edad de 35 años

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PERÚ

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Contexto intelectual

Mariátegui fue un ávido estudioso del marxismo, mediante el cual logró comprender la realidad peruana, siendo influido por los escritos de Marx, Engels y Sorel. Logró consolidar una nueva perspectiva respecto al socialismo descrita de la siguiente manera:

[…] una perspectiva tan abierta sobre el socialismo que establecía un enfoque de abajo hacia arriba: un socialismo que proviene de grupos sociales organizados, o, como lo expresó Gramsci, ‘un socialismo sobre el capital’ […] Mariátegui fue uno de los primeros intelectuales en producir una crítica postcolonial que sigue siendo válida hasta el día de hoy, cuestionando las diferentes formas existentes de dominio moderno y cómo su sistema gobierna la vida de las personas. (Mariátegui & Mariátegui, s.f., párrafo 6)

Por otra parte, para el establecimiento de su periódico, así como su revista y la colaboración en tantas otras, fue fundamental su comprensión de la dinámica de empresas editoriales-intelectuales europeas, como L’ordine Nuovo de Gramsci, La Rivoluzione liberale de Gobetti o Clarte de Barbusse.

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Respecto al pensamiento de Mariátegui, es de importancia mencionar que este pensador no buscaba el derrocamiento de un régimen político sino más bien la reconstrucción del todo social, bajo su tendencia marxista; retomando uno de sus postulados más importantes, se observa cómo rechazó “la caracterización de la revolución como un hecho público” (Ibáñez, 1995, p. 23). Para Mariátegui, la revolución debía plantearse como un hecho no sólo político sino también económico y social. Así, el crecimiento y la unificación del movimiento y del pueblo en general se construyen como una alternativa sociocultural no solamente política (Ibáñez, 1995).

De acuerdo con Ibáñez (1995), Mariátegui mantenía una posición anti-autoritaria la cual apuntaba a un rechazo de todas las formas de despotismo de poder y buscaba “la concreción de una racionalidad solidaria de la democracia directa” (p.24). La utopía de Mariátegui representó un profundo espíritu libertario, teniendo como inspiración el anarcosindicalismo de la época, las inquietudes descentralistas de las provincias y las tradiciones comunitarias del campesinado indígena. Mariátegui apuesta por una “creación heroica” de la sociedad donde exista una autonomía política y una construcción social “desde abajo”, es decir, a partir de la vida cotidiana.

Respecto a la democracia Mariátegui consideraba que este sistema político era decadente, la palabra democracia ya no implicaba una idea abstracta de la misma sino la noción de un “Estado demo-liberal-burgués”, es decir, una democracia capitalista. Para la constitución de una verdadera democracia, este pensador peruano, consideraba como órgano central el parlamento, sin embargo, a sus ojos, éste había perdido autoridad y había dejado de corresponder a su finalidad (Mariátegui, 1925).

La democracia se encontraba en crisis también, debido al crecimiento y concentración del capitalismo y del proletariado, debido a una lucha de clases entre ambos sectores. La solución a este problema se encontraba en el establecimiento de una democracia cosmopolita extendiendo la misma a la economía y al trabajo, hacia abajo y hacia arriba y lateralmente, es decir, implicando en la construcción de esta a todos los sectores y considerando a su favor los movimientos sociales crecientes (Flores, 2000).

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Mariátegui resulta una figura de suma importancia en el pensamiento latinoamericano y es reconocido como uno de los pensadores más influyentes de Latinoamérica del siglo XX. Fue un gran impulsor del pensamiento político enriquecido, conectando siempre la noción política con aspectos culturales universales (Universidad de Ciencias y Humanidades, 2020). “Definió su carácter distintivo como pensador y creador de un corpus de trabajo original y fundamental que reflexiona sobre la realidad peruana desde una perspectiva global” (Mariátegui & Mariátegui, s.f., párrafo 6).

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