Isócrates
( 436 a.C. - 338 a.C. )
Política-Ciencia política
Antigüedad

En contexto

Isócrates nació en el año 436 a.C., dentro de una familia ateniense acomodada, hijo de un fabricante de flautas. Su contexto histórico-social nos refiere a la Guerra del Peloponeso (la cual estalló cuando apenas tiene 5 años), y el gobierno de Pericles.

Isócrates inició su carrera literaria al término de la Guerra del Peloponeso en el año 404 a.C.; la posición económica de su familia se arruinó a consecuencia de la guerra por lo que Isócrates y se vio obligado trabajar como logógrafo de discursos judiciales, para el sustento de su familia. De acuerdo con Signes (2015), el hecho de haber escrito discursos judiciales para terceros provocó la vocación literaria del orador; en los siguientes años elaboró escritos propios y, finalmente, en torno al año 390 fundó su propia escuela en Atenas la cual antecedió a la fundación de la Academia de Platón en el 387.

Entre los años 357 y 355 Atenas se enfrentó a una guerra social con sus aliados la cual marcó sustancialmente la visión política en la obra de Isócrates y culminó en el ascenso de la Macedonia de Filipo II. Los años siguientes recrudecieron la tensión entre Atenas y Macedonia lo que acabó por estallar en una guerra abierta entre los macedonios contra los griegos; postura que Isócrates no había defendido en su obra a lo largo de décadas, por lo que, cuando las noticias de la derrota de su patria llegaron a Atenas, el viejo orador, en medio del pánico causado ante el temor de una inminente invasión por Filipo, se dejó morir; sin llegar a ver el desenlace inmediato de la firma de la paz entre Atenas y Macedonia, ni tampoco fue testigo del asesinato de Filipo II, la subida al poder de Alejandro Magno y la conquista de Persia; periodo que inauguró una nueva época en la historia griega basada en el helenismo.

Isócrates siempre había luchado por este ideal, sin embargo, no llegó a verlo, suicidándose en el año 338 pensando que había fracasado en el proyecto de su vida. Pocos meses después de su muerte Atenas lo honró junto con los soldados caídos en combate contra Macedonia como una víctima más de la guerra (Signes, 2015).

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Contexto intelectual

Isócrates fue alumno del orador sofista Gorgias, de quien adoptó la prosa poética como modelo para su escritura y oratoria, y la convirtió en uno de los elementos definitorios de su estilo. Sin embargo, respetó la tradición poética, a diferencia de Gorgias que se centraba más en el aspecto formativo que en el formal. De igual manera, la retórica que se atribuye a Isócrates en la enseñanza en su Academia no parece ser similar a la que manejaron autores de su época; en su discurso Contra los sofistas observa un importante alegato contra la enseñanza dialéctica como contra los maestros de la oratoria política (Signes, 2015).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

La obra central de Isócrates, donde discutió a profundidad la democracia, es el Areopagítico, texto en el cual el orador ateniense exigió la devolución del poder al areópago[1] para reestablecer la eunomía[2].

En primera instancia, Isócrates denunció la existencia de un peligro en el gobierno de su momento: esto refiere a las consecuencias desmedidas de la hegemonía imperialista; pero, para el orador, la ciudad no necesitaba ser rescatada de un enemigo exterior sino al contrario, debía ser protegida de sí misma, del peligro al que era sometida por sus propios excesos, concentrados en el “exceso” del poder democrático (Requena, 2013).

La única forma de evitar dichos males no es otra que teniendo buenos líderes que sepan aconsejar y tomar buenas decisiones pese a las inquietudes de las masas. Que lo que realmente importan no es otra cosa que debatir sobre la naturaleza de la politeía ya que constituye el alma (psyché) de la ciudad” (Requena, 2013, p. 8)

Lo que Isócrates buscaba defender era una forma de régimen pasado, considerado por éste como el mejor: la constitución creada por Solón y reforzada por Clístenes (Requena, 2013). “El ideal de democracia que tuvo en mente fue el régimen instaurado por Solón y Clístenes. Siempre tuvo en cuenta ese modelo para restaurar la vida cívica en Atenas y en las ciudades Estado de la Grecia antigua” (Fernández, 2016, p. 63).

Así, Isócrates realizó un contraste entre la democracia ideal (de Solón y Clístenes) y la democracia que se configuraba en su momento. Consideraba fundamental la reeducación tanto de gobernantes como gobernados; “recuperar el antiguo espíritu de sacrificio, la virtud, para bien de la ciudad y dejar en un segundo plano los intereses personales” (Fernández, 2016, p. 65).

La educación cívica para Isócrates resultaba un punto fundamental para mejorar a la sociedad, era la vía para recuperar y fortalecer a la democracia. La educación debía ser mediante la escucha y el diálogo ya que, para el orador, la democracia implicaba una forma de discurso, el cual no debía ser monopolizado por una persona o un grupo de personas. Dicho discurso debía llevarse a cabo en medio de muchas voces. Con esto, Isócrates proclamó su desdén hacia la tiranía, donde sólo habla una persona y el resto calla; en las democracias todos hablan y escuchan (Fernández, 2016).

[1] Tribunal supremo de la antigua Atenas.

[2] La idea de un buen gobierno y orden ciudadano.

Impacto de su pensamiento en la realidad

Las ideas de Isócrates respecto a la educación y a la política triunfaron en la Grecia de su época por encima de las de Platón o Demóstenes; el modelo educativo planteado por Isócrates, con base en la retórica, en contraposición a la dialéctica de Platón, se hizo extensivo en grandes segmentos de la población.

Asimismo, las ideas políticas de Isócrates tuvieron importante resonancia en la política de Filipo II de Macedonia, las cuales buscaban la armonía entre los griegos y sustentaban “la idea de que sólo la lucha común contra los persas podría permitir superar las desavenencias existentes” (Signes, 2015, p. IX).

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