Guy Debord
( 1931 - 1944 )
Democracia mediática y digital
Siglo XIX y principio del XX

En contexto

Escritor, productor de cine, estratega y filósofo con influencia marxista, Guy Debord nació en París, Francia el 28 de diciembre de 1931.  Desde muy joven supo que sólo podía dedicar su vida a la aventura, naturalmente alejada de todos los preceptos sociales y educativos que existían en la sociedad francesa de la época. A pesar de haber nacido en el seno de una familia pobre azotada por las consecuencias de la crisis económica mundial de 1929 y  “virtualmente arruinado” en sus propias palabras (Debord, 1989), Guy Debord fue y sigue siendo un referente crítico sobre la sociedad capitalista moderna “del espectáculo”.

Interesado siempre en temas que difieren de los comunes de los jóvenes de su edad, fue un adolescente rebelde, entre sus grandes ídolos figuraba Isidore Ducasse -precursor de las ideas subversivas del surrealismo que combinaba lo bello y lo grotesco en polémicos cantos que revolucionaron el canon literario francés-.

A la edad 20 años en 1951, Debord asistió al Festival de Cine de Cannes, lugar donde se encontró por primera vez con Isidore Isou, artista francés fuertemente influenciado por las ideas dadaístas sobre oposición a la lógica tradicional y la subjetividad estética. A partir de 1946 Isidore Isou comenzó a erosionar el paradigma cultural de París al proponer la necesidad de desmontar al mundo como es y construir otro que tenga como eje principal la creatividad y no la economía. Debord, como invitado a los grupos de reflexión y crítica liderados por Isou, formó una carrera bohemia que estuvo influenciada por las calles y los barrios circundantes a la École Normales Supérieure del Barrio Latino, donde acudían grandes masas de jóvenes dispuestos a debatir y dialogar sobre los temas que más les angustiaba del mundo que estaban viviendo, entre ellos la necesidad de politizar y renovar -extinguir- el arte y la política. Este grupo de jóvenes se consolidó como la “Internacional Letrista”. 

Guy Debord pasó la mayor parte de su vida en París, como lo relata en su texto autobiográfico, entre el lado Este de la ciudad sin ningún otro interés por conocer mundo pues a pesar de que  vivió en Italia y España por estancias cortas, terminó por regresar, vivir y morir en su ciudad natal.

La producción intelectual de Guy Debord es vasta pues recorre una decena de artículos publicados en la revista Potlatch –revista de la comunidad internacional letrista- entre 1954 y 1957 destacando su texto sobre “La teoría de la deriva” en 1956; libros reconocidos “La sociedad del espectáculo” de 1967 que después se convertiría en el famoso filme con el mismo nombre de 1973. En noviembre de 1994 a la edad de 62 años se suicidó al dispararse en el pecho. 

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Contexto intelectual

A pesar de ser un hombre influenciado por una variedad de postulaciones filosóficas y políticas -difícil de clasificar- su pensamiento se inserta fuertemente en el contexto de las ideas marxistas. Debord utiliza el instrumental teórico desarrollado por Marx para acercarse a la forma y funcionamiento de las relaciones sociales imperantes bajo el sistema de producción capitalista. Como menciona Anselm Jappe (1993), en el análisis que hace Debord, la imagen y el espectáculo ocupan el mismo lugar que en el análisis marxista lo ocupa la mercancía, es decir,  el movimiento esencial que incorpora todo lo que se encuentra en estado vivo para poseerlo en estado coagulado  como  base del proceso de acumulación. 

De esta forma el espectáculo señala el momento en que la mercancía ocupa la totalidad de la vida social y se presenta como el resultado de toda la actividad posible, pues bajo el sistema capitalista el conjunto de lo que puede ser y hacer la sociedad está cualitativamente y cuantitativamente inmerso en la producción económica moderna (Debord, 1967). 

Las preocupaciones, aspiraciones y propuestas de Guy Debord fueron plasmadas y debatidas a través de su praxis intelectual, artística y política en dos importantes movimientos revolucionarios: la Internacional Letrista y la Internacional Situacionista.

La Internacional Letrista nace en 1952 como resultado de la rápida y profunda transformación que se vivió durante los años 50 en Francia. El incremento cuantitativo y cualitativo de la economía se tradujo en la introducción al país del apabullante panorama que la modernidad capitalista tenía para ofrecer. El grupo de jóvenes no mayores de 23 años “no eran una escuela literaria, sino la búsqueda experimental de una «nueva manera de vivir»  (Jappe, 1993). Despreciaban los valores burgueses y su imperativo era la ruptura con todas las formas preconcebidas del mundo, le apostaban a la idea de que todos los individuos deben construir sus propias situaciones como manera de “elevar la vida a la altura que el arte prometía” (Jappe, 1993: 74). Su interés central no era problema menor: se proponían rehacer la realidad misma. Su trabajo también incursionó en el ámbito del espacio al conceptualizar sobre la “psicogeografía” y el urbanismo. Es bajo este grupo que Debord produce su primer cortometraje experimental titulado “Lamentos en favor de Sade”. En 1957 la Internacional Letrista se desintegra para dar paso a la Internacional Situacionista.

El movimiento situacionista conserva la energía potencial del movimiento letrista con Debord a la cabeza, el corazón de su praxis permanece en el objetivo de la creación de una nueva civilización. Situaban el análisis en un punto muy particular; el del rechazo tanto de la cultura y tradición política de la burguesía como el del funcionalismo modernista (Merrifield, 2005). La Internacional Situacionista tomó impulso gracias a las ideas vertidas por Guy en su texto sobre la sociedad del espectáculo. Para él, “el espectáculo es al mismo tiempo económico e ideológico, un modo de producción y un tipo de vida cotidiana” (Jappe, 1993),  por lo tanto, es necesario rechazar todas las condiciones existentes pues estas se erigen sobre la alienación y el espectáculo, creando una situación donde las elecciones individuales son restringidas y carecen de poder real sobre la creación de la realidad.

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

El pensamiento de Guy Debord sobre la democracia es sólo comprensible a través de su análisis sobre la sociedad del espectáculo.  Para el autor, el espectáculo es resultado de la recomposición de los fragmentos de la sociedad en una nueva forma tal que sólo resultan en una imagen.  En este tipo de representación sobre lo que es la sociedad, la comunicación es acaparada creando una única vía de flujo, donde el espectáculo habla y la sociedad individualizada solo escucha.

En la sociedad del espectáculo, la separación entre la actividad real de la sociedad y su representación encuentra en el tema del poder un punto donde es necesario detenerse. Pues “sólo en la época moderna el poder ha podido acumular los medios suficientes para modelar activamente la sociedad conforme sus exigencias” (Debord, 1967). En esa sociedad atomizada y separada selectivamente para conformar una masa pasiva de individuos, el poder que se supone emana del sistema democrático hacia las personas se ve también obstruido por la enajenación social hacia el espectáculo, significando que, los obreros como único móvil del cambio revolucionario, son incapaces de reconocer su miseria y su poder ante la alienación sobre la vida misma, presente en los medios masivos, las imágenes que se venera y las representaciones a las que se aspira. 

Para Debord, en la tarea de realizar la democracia era imperativo alcanzar un estadio de desalienación y disolución de clases sociales, cosa que solo puede lograrse con la auto emancipación obrera que reinstaure la verdad al mundo, esa verdad estará naturalmente alejada del espectáculo -como forma espectacular y de imagen impuesta-  y cercana a la praxis social de todos los individuos sobre todas las concepciones de la vida,  “allí donde el diálogo se ha armado para hacer vencer sus propias condiciones” (Debord, 1967). 

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

El contexto ideológico y de práctica política que envolvió la vida de Guy Debord sigue siendo hoy tema de debate en círculos intelectuales y artísticos. En un mundo caracterizado por el dominio de los medios de comunicación globalizados, las aportación de Debord sobre la sociedad del espectáculo se amoldan al análisis sobre el funcionamiento de las redes sociales, la hiperconectividad, y el mundo virtual.

Actualmente su obra sobre la sociedad del espectáculo sigue dando de qué hablar, es referente e inspiración de una multiplicidad de trabajos que van desde la filosofía hasta las artes escénicas y de performance, ya sea a veces para banalizar la idea de la sociedad del espectáculo o como consigna artística. En 2013 la Biblioteca Nacional de Francia organizó una exposición sobre las ideas de la guerra y el trabajo como estratega de Guy Debord.

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