En el texto Comunicación Pública y Cultura Ciudadana Murdock hace un análisis sobre cómo los países han entrado en “un acelerado proceso de transición”, en donde existen diversas maneras o “versiones sobre lo que estamos dejando atrás y acerca de a dónde queremos llegar”, es decir que existen diversos mecanismos por los cuales se puede acceder a mercancías que se mueven con “gran libertad y rapidez, que permite a todos participar en el “sueño americano” de consumo”, se está hablando de una democracia equitativa, en donde cada persona puede acceder a todos los mecanismos de consumo que ha traído la modernidad derivado de los procesos y cambios que han ocurrido socialmente (Murdock, G., 2000: 139). 

El espíritu del consumismo, menciona Murdock que “alienta la vitalidad económica de los mercados generando tensiones profundas entre el consumidor ideal y la figura de ciudadano” (Murdock, 1992; García Canclini, 1995; Murdock, G. 2000: 140). De esta manera, el sistema se ha encargado de promover soluciones privadas a problemas públicos; para ejemplificar esta idea, Murdock menciona que es más sencillo  recurrir a soluciones inmediatas por medio de una compra: “si usted está preocupado por su salud, compra medicinas de patente. Si hay un crimen en su vecindario, compra una alarma” (2000: 140). 

Esa forma de recurrir a soluciones fáciles para darle fin a un problema de la vida cotidiana, entra en una situación compleja cuando se trata de democracia, pues se deben evaluar diversos factores, Murdock apunta hacia los derechos, los cuales en sus palabras “han sido progresivamente extendidos a nuevas esferas de acción social y a nuevos grupos sociales (…) las concepciones de ciudadanía se han desplazado desde lo relativamente simple a la complejidad creciente” (Murdock, 2000: 141), es decir que no solo basta con poder acceder a formas rápidas de resolver el problema, pues no todas las personas tienen las mismas posibilidades, entonces también se apela hacia otro factor fundamental para que se garantice que la sociedad pueda vivir en un lugar más democrático, tiene que ver con el Estado. 

Murdock habla sobre cómo el Estado se convierte en un “vigilante”, el cual “garantiza la seguridad personal de los ciudadanos (…)” en donde “las disputas entre los ciudadanos y el Estado han sido resueltas por la acción de la ley” (2000: 142), a partir de la vida en sociedad, la ciudadanía va “reclamando” los derechos que por ley le corresponde y si se necesita aprobar alguna ley o revocar otra, se hace de manera democrática; Murdock reflexiona sobre la creación de los derechos mencionados que “fueron instituidos como componentes principales de las democracias liberales sólo después de amargos y extendidos combates”, sin embargo, reconoce que en la actualidad existen diversas cuestiones que deben ser resueltas.