Gianfranco Pasquino
( 1942 - presente )
Política-Ciencia Política
Mundo Contemporáneo

En contexto

Gianfranco Pasquino es un politólogo y académico italiano que estudió bajo las ideas de los pensadores italianos de la posguerra. Estudioso de las transiciones del fascismo italiano a la democracia, así como los cambios internos en la democracia de Italia de 1989 a la actualidad. Asimismo, trabaja en el análisis de los modos de gobierno del nazismo alemán, así como los regímenes del marxismo-leninismo comunistas de Europa centro-oriental y la Unión Soviética, China y Cuba (Barrientos del Monte, s.f.).

Pasquino nació en Turín, Italia, en 1942. En 1968, ingresó a la Asociación estadounidense de ciencia política. Fue Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Bolonia de 1969 a 2012, nombrado Emérito en 2014. Fue uno de los fundadores de la “Revista italiana de ciencias políticas” y director de la revista “il Mulino” de 1980 a 1984 (GianfrancoPasquino.com, s.f.)

Fungió como senador de la Izquierda Independiente de 1983 a 1992 y de los Progresistas de 1994 a 1996. En 2009 se postuló para alcalde con la lista “Ciudadanos para Bolonia”. Obtuvo tres títulos honoríficos: de las Universidades de Buenos Aires y La Plata y de la Universidad Católica de Córdoba. Desde julio de 2005 es miembro de la Accademia dei Lincei.

Desde julio de 2011, ha formado parte del Consejo Científico de la Enciclopedia Italiana y de los dos comités autorizados que están preparando la Enciclopedia Maquiavélica. Actualmente dirige la revista cultural “451” y es columnista de la Agencia Local de Noticias (GianfrancoPasquino.com, s.f.).

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Contexto intelectual

Fue alumno de Norberto Bobbio en la Universidad de Turín, especializándose en política comparada bajo la guía de Giovanni Sartori en la Universidad de Florencia. Asimismo, Pasquino hace importantes trabajos sobre la democracia en Robert Dahl (GianfrancoPasquino.com, s.f.).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

En La democracia exigente (1999), Pasquino hizo una revisión respecto a una de las tareas pendientes más importantes de los sistemas democráticos: la democratización general e integral de la sociedad. De acuerdo con García Jurado (1999), esto implica que resulta necesario aún, para los sistemas democráticos actuales, trabajar en los principios que rigen los órganos de representación política estatal a las diferentes y variadas organizaciones públicas y privadas que existen en la sociedad:

Así, de acuerdo con Pasquino, el déficit democrático no se elimina con la democratización de todas las organizaciones económicas, sociales y políticas, sino fundamentalmente con dos recursos elementales […] estos son: la garantía de las condiciones necesarias para el mantenimiento del pluralismo político y la exigencia de que cada persona cumpla con sus responsabilidades políticas. (García Jurado,1999, p. 252)

Para Pasquino (1999), resulta de importancia dejar claras las reglas de la democracia, las cuales comprende bajo los siguientes aspectos: en primera instancia, dar cuenta que la solución democrática es el pluralismo competitivo mediante el cual se podrá dar respuestas diversas a problemas diversos. Asimismo, el dejar claro que la democratización implica un sistema de clara distribución y asunción de responsabilidad, sin que ningún órgano goce de monopolios, posiciones predominantes o privilegios. Finalmente, como principio esencial: la alternancia, mediante la cual cambiarán las personas, las ideas, programas, praxis y se podrá hablar de una renovación del sistema político.

Pasquino (1999), considera a la democracia como un régimen exigente, pues implica una capacidad de aprendizaje importante, a partir de la extensión de los centros de poder, ya que estos son múltiples y existe una competencia entre ellos, así como procesos de aprendizaje obligados por la rivalidad entre los protagonistas de la vida democrática.

Una de las ideas centrales en la obra de Pasquino, es acerca de los sistemas políticos comparados. El autor realiza una comparación de sistemas políticos a partir de la teoría sistémica de David Easton, según el cual, los tres componentes cruciales de un sistema político son: la comunidad política, el régimen y las autoridades.

Ortiz Diego (2014), explica que la comunidad política son los ciudadanos y todos aquellos expuestos a las decisiones de las autoridades y a las modalidades de funcionamiento del régimen; éste último entendido como las normas, reglas, procedimientos de formación y funcionamiento de las instituciones; la Constitución y las instituciones mismas:

Gianfranco Pasquino, subraya que la expresión “régimen” puede servir para diferenciar tanto los sistemas políticos democráticos como los sistemas políticos que no lo son, necesitados a su vez de subdivisiones ulteriores, y aún más, en los regímenes democráticos, entre los que son parlamentarios, presidenciales, semipresidenciales y directorales. (Ortiz Diego, 2014, párrafo 12)

La contribución de Sartori refiere principalmente a la formación y utilización de conceptos y para la clasificación del deber y del aporte del método comparado. Así, para Sartori, los conceptos pueden cambiarse exclusivamente a través de “estipulaciones”, es decir, acuerdos entre estudiosos que conduzcan a conceptos más precisos, más comprensibles. Por otra parte, para el politólogo italiano, el método comparado es el mejor medio de “control” de la validez de las hipótesis, de las generalizaciones, de las explicaciones y de las teorías (Ortiz Diego, 2014).

Respecto a la democracia, Pasquino (2015), explica que es posible decir que hay dos tipos de democracias: democracias ideales y democracias reales. Las democracias ideales, comparten ciertas características: deben ser el poder efectivo del pueblo, deben garantizar la libertad y producir igualdad oportunidades; “La democracia ideal es una especie de estrella polar del pensamiento político y de la acción política” (Pasquino, 2015, p. 105).

Con este último punto se genera la problemática de que la igualdad es posible entenderla a través de dos vertientes: “La igualdad de input: la posibilidad para todos de expresar sus opiniones, preferencias e intereses […] la igualdad de output, de decisiones, de consecuencias, de resultados” (p. 105).

Por otra parte, Pasquino (2015), señala que hay tres retos específicos a la democracia: el populismo, la corrupción y la violencia. A través del enfoque en estos tres elementos será posible trabajar en las democracias reales hacia las democracias ideales. Sin embargo, Pasquino (2015) marca un último problema de suma importancia a resolver si se quiere hablar de democracia: la participación y el interés ciudadano; ya que, sin estos, los políticos son libres de actuar como quieran; se requiere de ciudadanos partícipes y críticos de la política (p. 110).

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Actualmente, Pasquino es considerado una de las principales figuras de la ciencia política a nivel europeo. Ha sido autor de proyectos de ley sobre la inmunidad parlamentaria, el sistema electoral en dos turnos, la abolición de los senadores vitalicios y la regulación de los conflictos de interés. También ha participado en numerosos consejos de redacción de revistas científicas (Universitat Autònoma de Barcelona, 2016).

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