Escuela Taoísta
( Siglo V a.C. - )
Escuelas de pensamiento
Antigüedad

Referencias

En contexto

Liu Hsin (46 a. C.-23 d. C.) fue uno de los más grandes eruditos de su época y dedicó sus esfuerzos a clasificar la gran variedad de escuelas de pensamiento de China en diez: i) Ying-Yang chia o Escuela del Ying-Yang; ii) Ju chia o Escuela de los Literatos (conocida en Occidente como Escuela Confucianista); iii) Mo chia o Escuela de Mo; iv) Ming chia o Escuela de los Nombres; v) Fa chia o Escuela Legalista; vi) Tao-Te o Escuela del Camino; vii) Tsung-Heng chia o Escuela de los Diplomáticos; viii) Tsa chia o Escuela Ecléctica; ix) Nung chia o Escuela de los Agrarios, y x) Hsiao-shuo chia o Escuela de los Contadores de Historias (Fung Yu-lan, 1966, p. 32).

Aunque existían esfuerzos previos para clasificar las escuelas, como el de Ssu-ma T’am, la aportación de Liu Hsin consistió en establecer sistemáticamente el origen histórico de las Escuelas. Según su teoría, durante el mandato de la dinastía Chou, la educación era transmitida por medio de la familia, de manera privada, esto es, un oficial del gobierno transmitía el saber de su oficio a sus descendientes y les heredaba su puesto.  Cuando esta dinastía perdió su poder y los oficiales, a su vez, perdieron sus puestos. Éstos se esparcieron por todo el país y se convirtieron en maestros de sus saberes (pp. 30-32).

En un sentido más particular, según Fung Yu-Lan (1966), basado en el trabajo del erudito antiguo Liu Hsin, los orígenes de la Escuela Taoísta se encuentran en el gusto que sus integrantes tuvieron por el estudio de la historia: “Por medio del estudio de los sucesos históricos de éxito y fracaso, preservación y destrucción, y de calamidad y prosperidad, desde tiempos antiguos hasta los recientes, aprendieron cómo mantener lo esencial y a comprender lo fundamental” (p. 33).

El antecedente más antiguo de la escuela taoísta es la figura del pensador Yang Chu. Probablemente vivió entre la época de Mo Tzu (479 a 318 a.C.) y la de Mencio (371 a 289 a.C.). El primer testimonio sobre su existencia lo encontramos en Mencio quien se refirió a él como un hombre influyente: ‘Las palabras de Yang Chu y Mo Ti llenan el mundo’. (Fung Yu-lan, 1966, p. 61) Asimismo en la obra taoísta conocida como Lieh-tzu varios capítulos están dedicados a Yang Chu, pero recientemente se ha cuestionado su autenticidad, pues las ideas que se le atribuyen ahí no parecen coincidir con el pensamiento que se le atribuye en fuentes más confiables. (Fung Yu-lan, 1966) Sobre su vida y cómo murió se sabe muy poco. De él solamente contamos con los testimonios de sus enseñanzas recopilados en algunas obras chinas de la antigüedad (Stefon, 2011).

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Contexto intelectual

No hay un testimonio claro que indique dónde o con quién estudió Yang Chu, el primer taoísta, pero de la escuela taoísta hay noticia de una polémica que sostuvo con la escuela confucianista, a quienes criticaron por hacer esfuerzos inútiles por salvar un mundo insalvable (Fung Yu-lan, 1966, p. 60).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Las dos obras más representativas de la escuela taoísta son el Zhuangzi y el Laozi (Hansen, 2020). Ahora bien, en los Analectos confucianos, se cuenta que, durante uno de los numerosos viajes de Confucio, éste se encontró como algunos hombres que se hacían llamar yin che, es decir, ‘aquellos que se oscurecen a sí mismos’ y que se describían como ‘personas que habían escapado del mundo’. Los yin che y los seguidores de la escuela confucianistas tuvieron una polémica. Los primeros se burlaban de Confucio por sus ‘vanos esfuerzos por salvar al mundo’ (Fung Yu-Lan, 1966, p. 60).

Los primeros taoístas tuvieron sus orígenes en este grupo de hombres, conocidos como ‘reclusos’, que fueron individualistas que deseaban ‘conservar su pureza personal’ En cierto sentido, también fueron derrotistas, puesto que consideraron que el mundo era tan malo que nada podía hacerse por él. Sin embargo, una lectura tal acerca de los aportes de la escuela taoísta sería injusta y muy limitada. Los taoístas no fueron sólo eso, desarrollaron su propia visión del mundo y un modo de vida a partir de ésta, fueron “hombres que habiéndose recluido, intentaron desarrollar un sistema de pensamiento que justificara su proceder” (Fung Yu-lan, 1966, p. 61).

El máximo exponente de los primeros taoístas se llamaba Yang Chu. Es plausible establecer que las dos ideas fundamentales de Yang Chu fueron ‘Cada quien por sí mismo’ y ‘el desprecio de las cosas y la valoración de la vida’, temas que serán expuestos a continuación.

Su principio fundamental ‘cada quien por sí mismo’ es descrito en una obra del siglo tercero antes de Cristo titulada Han-fei-tzu de la siguiente manera: ‘[…] Incluso por la mayor ganancia en todo el mundo, él nunca intercambiaría uno sólo de sus cabellos […] Él es aquél que desprecia las cosas y valora la vida’ (Fung Yu-lan, 1966, p. 61). Estas ideas pueden parecer simples a simple vista, pero ocultan un valor y una riqueza de gran relevancia. El siguiente testimonio servirá para ilustrar este punto:

Se le atribuye a Yang Chu haber dicho: ‘Los hombres de la antigüedad, si lastimándose un solo cabello pudieran haber ganado el mundo, no lo habrían hecho. Si el mundo se les hubiese ofrecido como su posesión exclusiva, no lo habrían tomado. Si todo el mundo se negara a arrancarse un solo cabello, y todo el mundo se negara a considerar el mundo como algo ganable, entonces el mundo se encontraría en perfecto orden (Lieh-tzu citado en Fung Yu-lan, p. 62)

Este fragmento expone las implicaciones detrás de los dos grandes principios de Yang Chu. Asimismo, otra enseñanza que se desprende de estos principios es ‘la utilidad de lo inútil’. Un hombre no debería vivir en función de sus méritos, pues esto le traería más males que bienes: ‘La canela es comestible, en consecuencia, el árbol de canela es cortado. El aceite ch’i es útil, en consecuencia, el árbol del ch’i también es cortado… Un hombre, teniendo reputación de ser hábil y útil sufrirá un destino idéntico al de los árboles de canela y ch’i’ (Fung Yu-lan, 1966, p. 64).

Las ideas aquí expuestas representan la primera fase del taoísmo, pero es aceptado que existen tres. La segunda fase de la escuela taoísta es representada en gran parte por Lao-tzu, mientras que la tercera es representada por el Chang-tzu.

Finalmente, hay que hacer unas últimas consideraciones en torno a esta escuela con relación al tema de la democracia. En primer lugar, no parece que dentro de los dos principios de Yang Chu haya cabida para la política y en consecuencia para la democracia. Este filósofo no considera que el mundo sea algo ‘ganable’ y que las cosas útiles son consumidas sin más, con ello lo que propone es una ética de la frugalidad y un distanciamiento del mundo y de la política. Taoístas como Yang Chu no estarían interesados en formar parte de transformación política alguna.

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Las enseñanzas del taoísmo han tenido gran impacto en la cultura actual y pueden ser rastreadas en diversos aspectos de la vida. Por ejemplo, la práctica de artes marciales chinas como Tai Chi Chuan Qi Gong, que se han vuelto populares en las sociedades occidentales, tienen su origen en el pensamiento taoísta. Asimismo, el llamado Feng Shui o arte del acomodamiento también tiene sus raíces en el taoísmo y es una técnica utilizada por algunos ingenieros y decoradores en todo el mundo. También influyó en la medicina tradicional china (Banjo Mando, s. f.).

Fuentes de consulta

Banjo Mando, (s. f.). Daoism Explained. Daoism TodayVer más

Fung Yu-lan, (1966). A Short History of Chinese Philosophy (Bodde, Derk, ed., trad. de las citas textuales es mía). The Free Press.

Hansen, C., (2020). Daoism (Zalta, E. N., ed.). The Stanford Encyclopedia of PhilosophyVer más

Stefon, M. (2011). Yang Zhu. Enciclopedia BritánicaVer más

Obras de Escuela Taoísta

Han-fei-tzu (Siglo III a.C) Ver más 

Tao Te Ching (1972)  

Zhuangzi (Siglo III a.C) Ver más 

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