Charles de Secondat Montesquieu
( 1689 - 1755 )
Filosofía
Siglo XVIII e Ilustración

En contexto

Filósofo y político francés nacido en enero de 1689. Su nombre completo es Charles-Louis de Secondat, barón de La Brêde et de Montesquieu. Proveniente de una familia acomodada de la época. Su padre fue un militar cuya familia fue elevada a la nobleza en el siglo XVI y su madre una dama propietaria de tierras para la producción de vino.

En 1708 se graduó de la facultad de Derecho de la Universidad de Bordeaux. A los 27 años, la buena administración de sus diferentes propiedades le valió la seguridad financiera y social que necesitaba para dedicarse al cultivo de las ciencias que aprendió en la academia de Bordeaux. El resto de su vida lo pasó cercano a las realezas francesa e inglesa, en buena parte gracias al éxito que obtuvo tras la publicación de algunas obras destacables como Las Cartas Persas. Murió en 1755, a los 66 años (Shackleton, 2020).

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Contexto intelectual

El pensamiento de Montesquieu fue innovador con respecto al pensamiento político de su época en la medida en que éste representó, como señala Sabine (2009), las mejores aspiraciones científicas de su época:

Sin dejar de lado el aparato racionalista –por ejemplo, la ley natural inmutable de justicia y el contrato– abandonó en la práctica el pacto social y esbozó un relativismo sociológico totalmente incompatible con unas leyes morales autoevidentes por sí mismas (p. 432).

El relativismo sociológico de Montesquieu estuvo inspirado por su profundo amor hacia la libertad y por el rechazo que sintió por los gobiernos absolutistas. Su interpretación del despotismo fue la que le permitió formular su teoría de la separación de poderes. Este filósofo sintió admiración por pensadores como Maquiavelo, particularmente por su concepción de república (Sabine, 2009).

Por otro lado, hacia la filosofía de Thomas Hobbes sintió cierto rechazo, pues sostuvo “que la naturaleza aporta un canon de justicia absoluta anterior al derecho positivo” (p. 432).

De acuerdo con Sabine (2009), la idea que Montesquieu defendió sobre la relatividad de las leyes, esto es, que deben adaptarse a una gran variedad de circunstancias, probablemente la adoptó de Aristóteles. También su idea sobre un gobierno mixto tiene antecedentes en filósofos como Platón o Polibio. Asimismo, entre las motivaciones intelectuales del filósofo encontramos los que él consideraba como los problemas políticos de Francia, es decir, el despotismo que les atribuyó tanto a Richelieu como a Luis XIV.

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

La principal obra en la que el filósofo francés reflexionó sobre cuestiones concernientes a la democracia, por la que obtuvo su fama, y que es uno de los grandes aportes del siglo XVIII a la historia de la teoría política y de la jurisprudencia, es El espíritu de las leyes. Entre sus argumentos más influyentes se encuentran la clasificación de los gobiernos en repúblicas, monarquías o despotismos, y la teoría de la separación de los poderes (Shackleton, 2020).

Para Montesquieu la democracia no era un asunto menor y se dedicó a examinarla proponiendo una clasificación de los diferentes gobiernos en El Espíritu de las Leyes. En esta obra, el autor buscó explicar las leyes humanas y las instituciones sociales. Esta tarea era particularmente difícil porque las leyes humanas han sido creadas por seres falibles y no pueden ser examinadas del mismo modo que las leyes de la física. Este hecho se confirma al observar la gran diversidad de leyes adoptadas por diferentes sociedades.

El filósofo francés propuso que esta diversidad no es caos. Para él, la clave para entender las diferentes leyes y sistemas sociales era reconocer que éstos fueron adaptados en función de factores concretos y no pueden ser entendidos a menos que se les considere bajo esta luz. Al implementar su método, encontró que sistemas legales e instituciones que fueron consideradas perversas son, de hecho, comprensibles. Además, entender nuestras leyes ayuda a ver qué aspectos suyos genuinamente necesitan ser reformados y cómo estas reformas pudieran ser realizadas. Así, sistemas legales en los que es legítima la persecución religiosa o la esclavitud pueden ser reformados para, en lugar de ello, fortalecer las relaciones comerciales (Shackleton, 2020).

Montesquieu también reflexionó sobre los diferentes tipos de gobierno, clasificándolos en tres tipos distintos. Primero, los gobiernos republicanos, que pueden tomar forma de democracia o de aristocracia; en segundo lugar, las monarquías, y, en tercero, los despotismos.

Sobre la democracia dijo que el pueblo es soberano, puesto que es éste quien gobierna a través de ministros y senadores electos popularmente. Por otro lado, para que una democracia funcione es necesario que el interés público sea puesto por encima del interés privado. También creyó Montesquieu que es necesario que la democracia intervenga en la educación de sus ciudadanos.

Finalmente, el filósofo advirtió que una democracia puede derrumbarse e instituirse el despotismo cuando los ciudadanos son poseídos por el espíritu de la extrema igualdad y buscan ser iguales no sólo en su papel como ciudadanos sino en todos los aspectos y quieren ser ellos quienes cumplan los roles de legisladores y senadores (Shackleton, 2020).

Impacto de su pensamiento en la realidad

Montesquieu fue mirado como un filósofo devoto a su trabajo y tras su muerte fue admirado por pensadores de la talla de David Hume o Friedrich Hegel y por políticos como el presidente norteamericano James Madison.

Sabine (2009) señala que en el Espíritu de las leyes Montesquieu sigue las modificaciones jurídicas e institucionales apropiadas a cada forma de gobierno y las variaciones requeridas en cada una ellas por las circunstancias físicas e institucionales (p. 434).

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