Carole Pateman
( 1940 - presente )
Política-Ciencia política
Mundo Contemporáneo

En contexto

Carole Pateman nació el 11 de diciembre de 1940 en Sussex, Inglaterra. Asistió a la Escuela de Gramática del Condado de Lewes para Niñas, sin embargo, a los 16 años se vio obligada abandonar sus estudios y entrar a la vida laboral. Años más tarde, en 1693, decidió continuar con sus estudios y fue aceptada en el Ruskin College of Oxford, una escuela para estudiantes de clase trabajadora, donde estudió economía, política, historia y sociología. Tomó el examen para el Posgrado en Ciencias Políticas y Economía de la Universidad de Oxford siendo la única mujer en presentar dicho examen, accediendo así a esta prestigiosa universidad donde obtuvo el grado en Política, Filosofía y Economía y, posteriormente, un doctorado en Filosofía (Department of Political Science at UCLA, s.f.).

La carrera académica de Pateman ha sido de nivel internacional, pues ha sido catedrática en Europa, Estados Unidos y Australia. Entre 1980 y 1989 enseñó en la Universidad de Sídney, siendo también profesora visitante de la Universidad de Stanford, la Universidad de Princeton, y el Consejo Sueco de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales. En 1991 fue la primera mujer presidenta de la Asociación Internacional de Ciencias Políticas y en el año 2009 fue electa presidenta de la Asociación Americana de Ciencias Políticas. Asimismo, se convirtió en profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de California, Los Angeles, en 1990, elevada al rango de profesora distinguida en 1993 donde continúa impartiendo clases como profesora de Ciencia Política (Munro, 2019)

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Contexto intelectual

Los primeros trabajos de Pateman ofrecen una crítica a los principales teóricos de la democracia, como Robert Dahl y Giovanni Sartori, en donde, acorde a la autora, se observa una defensa del poder de la élite y la falta de una construcción teórica adecuada respecto a la relación causal entre participación política y la capacidad cívica. Asimismo, realiza un análisis de las principales teorías sobre el contrato social en Hobbes, Locke y Rousseau, quienes sostuvieron que la autoridad política legítima sólo podía derivarse del consentimiento de personas libres e iguales, sin embargo, de acuerdo con Pateman, el contrato social imaginado por estos autores a la mitad femenina de la población (Munro, 2019).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Resulta evidente en el pensamiento de Carole Pateman, la relación existente entre democracia y feminismo, este último comprendido bajo la siguiente definición:

El feminismo es el estudio crítico general de las relaciones sociales de dominación y subordinación sexual, así como de la perspectiva de un futuro con igualdad para los sexos, y surge, al igual que el liberalismo y la democracia, cuando el individualismo o la idea de que los individuos son por naturaleza libres e iguales entre sí, ha alcanzado el nivel de desarrollo de una teoría universal de la organización social (Pateman & Sefchovich, 1990, p. 10)

Así, surge la necesidad de la reflexión entre las nociones de democracia y feminismo, así como la inclusión de las discusiones feministas en cualquier categorización de la democracia, pues Pateman sostiene que el hecho de que la mujer no fuera incluida en el escenario político durante muchas décadas no fue “a pesar del pensamiento democrático, sino porque la teoría democrática misma se sustentaba en esa exclusión de la mujer en el espacio público” (Del Águila, 2014. p. 449). Pateman analizó en su texto El Desorden de las Mujeres cómo es que las teorías de la democracia y las ideas sobre el contrato social, especialmente de Rousseau y Locke, fomentaron la exclusión de la mujer dentro de la política:

Los términos “hombres” e “individuos” en sus textos se leen ahora como genéricos o universales, como inclusivos para todos. Pero esto es una mala lectura. Los teóricos del contrato clásico (con una excepción notable) argumentaron que la libertad natural y la igualdad eran el derecho de nacimiento de un sexo. Sólo los hombres nacen libres e iguales. Los teóricos del contrato construyeron la diferencia sexual como una diferencia política, la diferencia entre la libertad natural de los hombres y la sujeción natural de las mujeres (Pateman, 2013, Introducción)

Es posible observar entonces cómo Pateman (2013), señaló que el problema no sólo radica en la no inclusión de la mujer, sino en la perspectiva de esto como algo natural. Para esta autora feminista de la democracia, resulta innegable que, si bien se han discutido dentro de la política temas relacionados con la mujer, esto no es lo mismo que involucrarse en la teoría feminista, pues aquellos que buscan contribuir a la misma “se preocupan por la democracia y la ciudadanía, por la libertad, la justicia, la igualdad y el consentimiento” (Introducción). La teoría feminista plantea que el problema central se encuentra en el origen de la teoría política, la cual no contempla los aspectos ya mencionados para las mujeres, esto debido a que el origen central de estas teorías es el poder patriarcal.

Pateman (2013), criticó también a las teorías sobre el contrato social las cuales también se encuentran relacionadas con la falta de inclusión de la mujer en las lecturas y diálogos políticos: “La ‘democracia’ de Rousseau es una reserva masculina en la que el derecho político del autogobierno sólo es ejercido por los hombres. […] El significado de ‘político’ y ‘democracia’ en la teoría de Rousseau depende del significado que da a la hombría y la feminidad” (Introducción). Asimismo, menciona que “Locke, por ejemplo, coincidió con la opinión […] de que la sujeción de una esposa tiene una ‘Fundación en la Naturaleza”. El marido es naturalmente ‘el más capaz y el más fuerte’, por lo que debe gobernar sobre su esposa” (Introducción). Para esta autora, tanto la construcción de las teorías políticas clásicas como las teorías sobre el contrato social implican el alejamiento de la mujer del escenario político. “La ‘ajenidad’ de las mujeres en la esfera pública no es, entonces, un simple prejuicio del ‘vulgo’, sino que está arraigado en el pensamiento fundacional de la teoría de la democracia moderna” (Del Águila, 2014, p.462).

En su obra El Contrato Sexual, analiza a profundidad este tema donde se pregunta, “¿cómo pueden los teóricos poner tanto énfasis en la igualdad ‘natural’ mientras siguen considerando a las mujeres como ‘naturalmente’ incapaces de participar en el contrato social?” (Phillips et. al, 2010, p. 816). Asimismo, surge el cuestionamiento sobre “la asimetría y la subordinación que caracterizan el contrato matrimonial” (Phillips et. al, 2010, p. 816). La explicación que da Pateman a estas cuestiones radica en lo que ella denomina como contrato sexual, el cual refiere a un aspecto en particular del contrato social original, sobre el cual se construyó la sociedad civil, y articula a las mujeres en la subordinación, a través de un supuesto derecho natural del hombre, impidiendo su participación en el contrato social, argumentando la incapacidad de las mismas para ejercer sobre éste; asimismo, resulta un mecanismo mediante el cual se impide la libertad jurídica y la igualdad (Phillips et. al, 2010).

Para Pateman, las mujeres no forman parte del contrato social, ni mucho menos del contrato sexual, en realidad son objeto de este contrato, motivo por el cual se encuentran subordinadas a él, así las mujeres no se encuentran excluidas del contrato social original, sino que fueron tomadas en cuenta bajo términos muy distintos a los aplicados a los hombres. Por esta razón, para Pateman no resulta válido dejar intactas las ideas fundamentales del contrato social e incluir a la mujer, sino que resulta necesaria una completa reformulación del mismo (Phillips et. al, 2010). “El buen término de esta larga batalla exige una reconceptualización radical que proporcione una teoría comprehensiva de lo que es una práctica verdaderamente democrática” (Pateman & Sefchovich, 1990). Esta reconceptualización implica la inclusión de las teorías feministas en la discusión sobre la democracia. “La lección que debemos aprender del pasado es que teoría y una práctica ‘democráticas’ que no sean al mismo tiempo feministas, servirán solamente para mantener las formas de dominación, […] serán solamente una burla de los ideales y los valores que presuntamente encarna la democracia” (Pateman & Sefchovich, 1990, p. 28).

Impacto de su pensamiento en el mundo fáctico

Carole Pateman constituye uno de los principales referentes en la teoría democrática feminista actual, contribuyendo al pensamiento político moderno, así como el pensamiento feminista de la segunda ola, dando importancia fundamental a la emancipación de la mujer y la inclusión de la misma en la democracia participativa (Phillips et. al, 2010). La crítica de Pateman busca la deconstrucción de los discursos clásicos sobre la democracia, por lo cual resulta una autora fundamental al momento de reconstruir los preceptos clásicos de la democracia bajo la noción de la inclusión y participación de la mujer en el discurso político (Del Águila, 2014).

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