Baruch Spinoza
( 1632 - 1677 )
Filosofía
Siglos XVI y XVII

En contexto

Baruch Spinoza fue un filósofo holandés que nació el 24 de noviembre de 1632. Proveniente de una familia judía, fue educado en el estudio del Antiguo Testamento y del Talmud. Además, estudió la Cábala y leyó a filósofos judíos como Moisés Maimónides. Asimismo, se dedicó al estudio del latín y del griego antiguo; matemáticas, lenguas modernas y filosofía cartesiana. Fue excomulgado a los 24 años de la religión judía pues se negó a aceptar las interpretaciones ortodoxas de las Escrituras. Después de esto, se convirtió en pulidor de lentes para instrumentos ópticos y esto le permitió llevar una vida cómoda dedicada al estudio y a la filosofía. Nunca ocupó un cargo académico y murió en 1677. Sólo dos de sus obras fueron publicadas en vida (Copleston, 1993).

La vida y pensamiento pro-democracia de Baruch Spinoza hay que situarlo en el marco del desarrollo del pensamiento político renacentista y moderno. Es una anomalía en la historia de la filosofía el hecho de que en un siglo de la monarquía barroca haya existido un autor a favor de la democracia. Sin embargo, ha sido documentado que en el pensamiento político de Spinoza hay rasgos del republicanismo clásico y del aristotelismo político (Copleston, 1993).

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Contexto intelectual

En lo metafísico, la influencia más fuerte de Spinoza fue la del filósofo francés René Descartes. Como señala Copleston (1993), la filosofía cartesiana influyó los trabajos de Spinoza en al menos tres aspectos: “En primer lugar, le proporcionó una idea de método. En segundo lugar, le proporcionó gran parte de su terminología… En tercer lugar, es indudable la influencia positiva en Spinoza del tratamiento cartesiano de determinados puntos particulares” (p. 196).

En lo concerniente a los grandes debates intelectuales en los que participó Spinoza, encontramos que este filósofo estuvo muy interesado por el problema clásico de la filosofía en torno a los conceptos de libertad y necesidad. Sus aportaciones fueron de relevancia y tomaron un sentido contrario al de las opiniones dominantes planteadas por la tradición teológico-metafísica, misma que pensaba a Dios como un ser trascendente (esto es, separado del mundo). Esto es además relevante puesto que, como lo apunta Chaui (2000), la filosofía política moderna se irguió sobre dicha metafísica:

 La filosofía spinoziana es la demolición del edificio filosófico político erguido sobre el fundamento de la trascendencia de Dios, de la Naturaleza y de la Razón. También se vuelve contra del voluntarismo finalista que sostiene el imaginario de la contingencia en las acciones divinas, naturales y humanas. La filosofía de Spinoza demuestra que la imagen de Dios como intelecto y voluntad libre, y la del hombre como animal racional y como libre arbitrio, actuando conforme a fines, sin imágenes nacidas del desconocimiento de las verdaderas causas y acciones de todas las cosas (p. 113).

Ahora bien, en lo político su influencia más grande la encontró en la filosofía de Thomas Hobbes. Sabemos que leyó el De Cive cuidadosamente, puesto que un ejemplar de esta obra se encontraba entre sus posesiones cuando murió. Además, se cree que Spinoza leyó el Leviatán de Hobbes puesto que fue publicado en latín mientras se encontraba escribiendo su Tratado teológico-político (Steinberg, 2019).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

La investigación realizada por Saar (2009), apunta que hay dos lugares del corpus spinoziano donde la democracia es discutida extensamente. El primero, su Tratado Teológico-Político (TTP) y el segundo, su inacabado Tratado Político (TP).

En su TTP Spinoza argumentó que la democracia es la forma más natural del Estado, puesto que es la que más se aproxima a la libertad que la naturaleza otorga a todas las personas. Particularmente, en esta obra Spinoza recupera conceptos de Hobbes como contrato, ley natural y derecho natural. Para el filósofo, nada que un individuo pueda hacer a partir de sus capacidades naturales va en contra de la ley natural. En otras palabras, en el estado de naturaleza el poder y el derecho coinciden. Así, en la teoría sobre la fundación del Estado dice Saar (2009), es clara la influencia de Hobbes en Spinoza:

Como en Hobbes el impulso hacia la auto-preservación o el deseo de persistir en el propio ser son hechos naturales e inalienables y en consecuencia “derechos” del individuo. El impulso de formar una comunidad y de fundar un Estado en el que el individuo pueda vivir en paz puesto que él o ella sabe que solamente leyes vinculantes prohíben a los otros lastimarle, es también “natural” en el sentido de que también es motivado por la auto-preservación: fue necesario para la gente asociarse en orden para vivir en seguridad y prosperidad (p. 8).

Es notorio que ambos filósofos tuvieron bien presentes las motivaciones naturales que llevaron a los hombres a instituir un gobierno. Pero, a diferencia de Hobbes, Spinoza creyó que la constitución de un estado tal conduce a la democracia. Para Spinoza, la formación de una sociedad no constituye alienación alguna del derecho natural de cada persona. La sociedad es resultado de la transferencia que todos los individuos le hacen de su poder. En consecuencia, por derecho natural, la sociedad tiene poder sobre todas de las cosas y los individuos tienen que obedecerlo. Este derecho de la sociedad es la democracia. Sin embargo, esta transferencia no es una cesión y el individuo conserva sus poderes y derechos en tanto unidad que conforma una unidad más grande, o sea, la sociedad.

El naturalismo político que defendió Spinoza en su teoría de la democracia emplea unos mínimos principios ontológicos para articular la organización colectiva, en consecuencia, no hay una “ley mayor” de la que pueda derivarse la autoridad del Estado (Saar, 2009).

Impacto de su pensamiento en la realidad

La recepción de la obra política de Spinoza en su época no fue muy buena, ya que fue señalado como ateo. Por otra parte, sus ideas políticas no tuvieron grandes repercusiones porque su teoría de la democracia era demasiado apresurada para su época de monarquías. A pesar de esto, Spinoza influyó importantemente en la Revolución Francesa pero no por sus ideas políticas, sino por su naturalismo, que inspiró las metafísicas materialistas que apuntalaron el pensamiento democrático francés (Steinberg, 2019).

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