Armand Mattelart
( 1936 - presente )
Sociólogo y demógrafo
Mundo Contemporáneo

En contexto

Destacado sociólogo y estudioso sobre los procesos de comunicación en América Latina y el mundo, Armand Mattelart nació en Bélgica el 8 de enero de 1936. Al formar parte de un grupo católico de misioneros, se vio interesado desde temprana edad en los problemas de los países pobres. En su juventud ingresó a la Universidad Católica de Lovaina para estudiar política y derecho y en 1962 por parte de la Universidad de la Sorbona de Francia se especializó en demografía, título gracias al cual fue comisionado como invitado especial para inaugurar cursos de sociología y demografía en el Centro de Estudios de Demografía de la Universidad Católica de Chile, en Santiago de Chile.

La visión que adquirió al vivir en un país de Latinoamérica contribuyó a la formación de un pensamiento crítico al constatar los modelos de planificación familiar implantados en Chile. Su interés por la comunicación, en la que se preguntó qué significa la comunicación para las estructuras sociales, devino de pensar en la política detrás de las estrategias de dichas campañas que, instauradas en Chile desde modelos creados por las compañías Ford y Rockefeller que buscaban imponer una lógica sobre cómo debería de estructurarse y controlarse la natalidad.

Su interés en la comunicación se profundizó de la mano del gobierno de Salvador Allende, con quien desempeñó cargos de apoyo a la investigación sobre la realidad chilena en el Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN). Acontecido el golpe militar de 1973, Mattelart se ve obligado a salir del país y exiliarse en Francia. En este país produjo y dirigió un ensayo-documental titulado La spirale, estrenado en 1976, filme que se sumerge en el proceso político que experimentó Chile durante los años de la Unidad Popular y los mecanismos de los medios de comunicación que tuvieron como objetivo destruir el proyecto de socialismo democrático. En estos años, fue invitado a impartir una cátedra de Ciencias de la información y de la comunicación en la Universidad de París VIII Saint-Denis.

Durante las décadas de 1980 y 1990 Armand Mattelart continuó con la producción teórica alrededor de los procesos de comunicación, la ideología de los medios de comunicación, la cultura y la sociedad, así como la problematización detrás de la naciente época informática global.

Armand Mattelart ha sido reconocido con el nombramiento de Honoris Causa por diversas prestigiosas universidades, destacando la Universidad de Málaga en 2014 que lo categoriza como un referente de las Humanidades; la Universidad de La Habana, Cuba en 2016 y la Universidad de Valladolid en el mismo año.

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Contexto intelectual

La trayectoria intelectual del destacado autor es amplia y converge con el estudio de las estructuras detrás de la comunicación social. Desde sus comienzos en el ámbito de la comunicación y su participación en el CEREN, Armand Mattelart se destacó por dirigir el área Cultural-ideológica del Centro de Estudios, donde se investigaban los temas de la comunicación masiva, la cultura proletaria, la revolución socialista y la conciencia de clase.

Para el equipo dirigido por Armand Mattelart el mayor problema de la realidad chilena residía en la continuidad del modelo democrático liberal pues éste y su base en las garantías constitucionales fungían como impedimentos para la transformación del sistema de comunicación y a la vez impedía la formación de líneas de acción enfocadas en la práctica revolucionaria. Para este grupo de intelectuales, la propuesta consistía en darle al receptor, es decir a las masas, un lugar de participación activa en la construcción del mensaje para lo cual era necesario subvertir la matriz comunicativa dominante (Cibeira, 2020).

Una vez fuera de Chile, Mattelart colaboró en una diversidad de medios como la revista Crítica y utopía, en el número 7 de la revista, publicado en 1982 titulado “telemática y sociedad”, Mattelart y Schmucler se propusieron estudiar la relación entre las tecnologías de la información y la sociedad, la noción de telemática intentaba condensar “los nuevos sistemas de comunicación e información, situados en la intersección de la informática, las telecomunicaciones y los medios audiovisuales” como “sistemas complejos interconectados”, mostrando así una claridad prematura para adentrarse al profundo cambio que se vislumbraba con la llegada de las tecnologías de la información en las formas de comunicación social (Cibeira, 2020).

Como puntualiza Mariano Zarowsky, para Armand Mattelart, la década de 1980 significó la entrada a una “esfera internacional popular” caracterizada por las relaciones de diálogo entre autores. Un cambio coyuntural en su vida devino del ascenso de los regímenes socialistas al poder, en 1981 Mattelart fue comisionado por el Ministerio de la Investigación y la Industria del gobierno francés para elaborar informes sobre el estado de la comunicación y las interrogantes alrededor de las transformaciones sistémicas en materia de ciencia, medios de comunicación y los aparatos culturales con injerencia en la deseada democratización de la sociedad (Zarowsky, 2013).

A partir de los años 80 es que la obra del sociólogo comienza a centrarse en los cambios sociales que se estructuran alrededor de las nuevas tecnologías de la información y el proceso de globalización. En su libro Networking the world 1794-2000 el autor propone la premisa de que la comunicación en tiempo real es lo que está dando forma a la manera en que el planeta se organiza. A través de extender gradualmente el movimiento de personas, de mercancías y de símbolos, la comunicación tecnológica ha apresurado la incorporación de sociedades distintivas hacia su incremento en grupos más grandes, empujando cada vez más los límites físicos, intelectuales y mentales.

Mattelart visualiza en las nuevas tecnologías de comunicación una remodelación del sistema de manejo de la información a nivel internacional, nacional y local, así como de las propias relaciones entre los individuos. En dicha remodelación se establecen nuevas estructuras tanto a nivel internacional como a nivel nacional, estructuras que usan como plataforma los satélites, videodiscos, videocasetes, microcomputadoras y todo tipo de dispositivo informático. En este sentido es que las nuevas tecnologías se vuelven prioridad absoluta para la investigación en el campo de la comunicación (Mattelart, 2000).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Para comprender el acercamiento de Mattelart a la democracia, revisaremos primero su teorización alrededor de lo que nombra los medios de comunicación de masas. En el texto coescrito con su esposa Michelle Mattelart, Los medios de comunicación de masas: la ideología de la prensa liberal de 1970, los autores entienden a los medios de comunicación de masas como un soporte de todo un conjunto de mensajes implícitos y estructurados que son la expresión de un determinado sistema de valores proveniente del poderío de una clase social. De esta forma es que los medios pertenecen a una esfera ideológica dominante, capaz de imponer su visión del mundo, la cual desea hacer aceptar como la única razonable, la única objetiva y la única universal.  

“En la medida en que esta clase monopoliza los medios de producción y domina la estructura del poder de la información, será su visión particular del mundo, la que tenderá a imponerse como visión general de ese mismo mundo” (Mattelart, Mattelart, & Paccini, 1970).

Uno de los grandes peligros reside en que la inmersión de la población en una lógica de ciertos valores expresados y difundidos por los medios de comunicación llega a constituir un sistema de auto represión y autocensura en la medida en que los individuos no logren diferencias sus representaciones y el orden que les ha dado origen.  

Sin embargo, el autor va más allá cuando en 1982 vislumbra que, además de los graves impedimentos ya existentes en la política de la comunicación de masas, la era de la “telemática” estaba por agravar la situación. En su texto Construir la democracia, texto escrito junto a Héctor Schumcler los autores introducen la idea de un “Nuevo orden informativo internacional” (Mattelart & Schmucler, 1982).

Lo que los autores cuestionan es la idea de que en términos de comunicación como pasaba en la economía, la idea general era que los países no desarrollados tenían que aprender de los desarrollados y no sobre la necesidad de cuestionar la manera en cómo funcionan la comunicación en esa parte “desarrollada”.

Para los autores, la democracia es el problema fundamental entre la convivencia colectiva y la existencia individual, problema mismo que se ha postergado debido a una visión establecida sobre qué es el progreso y qué es el desarrollo. Para lo mismo, la participación democrática debe formar parte del proyecto de liberación económica sino se trataría sólo de una ilusión. Sin embargo, hablar de democracia en las comunicaciones requiere pasar por el análisis de la democracia a nivel global, sobre todo con la difusión de la tecnología.

“Así como no puede hablarse de comunicación democrática en estructuras sociales antidemocráticas, tampoco deberían llamarse democráticas aquellas formas de funcionamiento social donde los individuos no tengan real participación en la elaboración de los distintos niveles de existencia” (Mattelart & Schmucler, 1982).

La emergencia de una nueva mirada acerca de la “cuestión de las nuevas tecnologías de la información” debe comprenderse en el marco de los desafíos que el proceso de transición hacia la democracia planteaba a los intelectuales. Los autores se antepusieron a una visión ahistórica de los nuevos sistemas de manejo de la información y propusieron la noción de proceso como elemento central para comprender el rol de los medios de comunicación en la formación de los mecanismos sociales. De acuerdo con su diagnóstico, la democracia por venir tenía por delante el desafío de contrarrestar tendencias que se verifican en la sociedad: la tendencia hacia la centralización mediática, la formación de monopolios y la homogeneización de los mensajes.

De la misma manera, hablar de las nuevas tecnologías de la información es hablar del fenómeno de la globalización. Tema en que el cual al autor puntualiza: “Que la globalización se ha transformado en una sola idea o ideología, la cual identifica la “democrática global market-place” con la democracia y la libertad de expresión. Según el autor, la globalización pervierte un conjunto de nociones entre ellas la de democracia y la de libertad de expresión, esta última entendida en la idea de que la libertad es la de ocupar, a través de mensajes comerciales, cada vez más tiempo y espacio públicos.

Impacto de su pensamiento en el mundo real

Con el triunfo electoral de 1970 para Salvador Allende, Mattelart comenzó sus primeros trabajos en relación con la comunicación social en la participación para crear el Centro de Estudios de la realidad Nacional (CEREN). El proyecto de transición hacia el socialismo en Chile se encontró con el problema del vacío en la producción teórica sobre los medios de comunicación masiva, lo que condujo a Mattelart a centrarse en el tema de la comunicación de masas. Su impulso se vio materializado en las publicaciones de los Cuadernos de la Realidad Nacional.

El trabajo impulsado por el CEREN fue de gran importancia para el escenario académico local y hasta el golpe de estado efectuado en 1973 representó para Armand Mattelart como a su equipo de trabajo un espacio de reflexión necesario al momento histórico.

Una vez fuera de Chile, Mattelart se vio involucrado en diversos proyectos intelectuales que le permitieron seguir profundizando en la reflexión de los sistemas de comunicación y su papel en procesos sociales. Destaca su participación en la revista “Crítica y utopía” proyecto editorial impulsado desde el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) que vio la luz por primera vez en Argentina en septiembre de 1979, pionera en América Latina sobre temas de democracia.

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