Aníbal Quijano
( 1930 - 2018 )
Sociología
Mundo Contemporáneo

En contexto

Anibal Quijano nació en 1930, en una ciudad llamada Yanama en la provincia de Yungay del Departamento de Ancash, Perú. La ciudad donde nació se encontraba habitada por familias de gamonales, comerciantes, artesanos y agricultores. Para estudiar la primaria y secundaria Quijano se tuvo que mudar de ciudad, residió en la ciudad de Yungay, ahí pasó su niñez y adolescencia. Entró a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima para ser Médico, sin embargo, al finalizar su primer año de pre-médicas, se trasladó a la Facultad de Letras (Benites, Y. s/f.  en Quijano, 2013).

En la Facultad de Letras, estudió en el departamento de Historia en donde asistió a los cursos sobre Etnología y Antropología. También estudió Derecho, aunque decidió no ejercer como abogado. Quijano asocia al derecho mediante la estructura del poder y la sociedad (Benites, Y. s/f.  en Quijano, 2013).

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Contexto intelectual

Aníbal estudió las obras de Marx, Lenin, Trotsky y otros autores que tenían un pensamiento socialista y revolucionario. En sus investigaciones su principal referente fue Marx; Según Enrique Dussel (2018), se opuso al marxismo clásico, “que desde la categoría clase piensa que la revolución socialista lucha contra una burguesía constituida, que sigue a la etapa feudal”. En los años cincuenta trabajó temas relacionados con la esclavitud del Perú y también fue profesor de secundaria. En el año 1962 escribió un homenaje para Wright Mills, titulado: C. Wright Mills, conciencia crítica de una sociedad de masas. En los años 1966 y 1971 hizo reflexiones sobre Sociología, centrándose en temas sobre la identidad chola en Perú, historia y contexto contemporáneo de la política peruana, movimientos campesinos en América Latina y Perú así como cambios sociales relacionados a la urbanización y la marginalización de América Latina (Benites, Y. s/f : 1). 

“En los años sesenta, Quijano estudia la “emergencia del grupo cholo en el Perú”, los movimientos campesinos del Perú y América, las estructuras de la dependencia, los procesos de urbanización y la marginalidad social. En los setenta, reflexiona en torno al neoimperialismo, al régimen militar velasquista y al nuevo papel que va asumiendo el movimiento obrero y popular. Hacia finales de los ochenta, discute el concepto de modernidad/racionalidad eurocéntrica y el problema de la identidad, en donde utiliza como eje central el concepto de colonialidad del poder. En los noventa, analiza los procesos de constitución, consolidación y crisis de un patrón de poder sui generis: el patrón de poder colonial/moderno/eurocentrado” (Germaná, C. 2020: 17-18). 

Pensamientos y reflexiones en la democracia

Anibal Quijano luchó por “la producción y la reproducción democrática de una sociedad democrática”. En su trayectoria intelectual se ha dedicado a desafiar el pensamiento eurocéntrico, el cual es predominante en la actualidad al estudiar Ciencias Sociales, de esta manera se puede analizar cómo Quijano, hace una “revolución epistemológica cuyo eje central ha sido el cuestionamiento al poder” (Germaná, C. 2020: 11). 

Germaná (2020) menciona que lo que determina en las obras de Quijano es “el decidido esfuerzo por reflexionar, de manera crítica y radical, sobre las características específicas de los procesos y de las estructuras históricas de la sociedad peruana y de las sociedades latinoamericanas como periferia del patrón de poder colonial/moderno; y el tajante rechazo a considerar a las Ciencias Sociales como disciplinas tecnocráticas” (Germaná, C. 2020: 12-13).

Es imprescindible para Quijano la ruptura tradicional eurocéntrica de estudiar lo que acontece en la vida social, pues de esta manera da cuenta sobre los conocimientos y principios epistemológicos de los pueblos indígenas, lo cual permite que se expandan los saberes, influencias y acontecimientos históricos a través de la historia que casi no se cuenta, de las etapas que fueron colonizadas, calladas y destituidas. 

Germaná (2020) considera que hay dos aspectos principales en la caracterización de la perspectiva teórico metodológica alternativa desarrollada por Quijano: por un lado, da cuenta de la superación de la tesis de las “dos culturas” que ha caracterizado las estructuras de saber eurocéntricas. Aníbal Quijano se compromete a la “construcción de un nuevo orden social que sea realmente democrático e igualitario”, de esta manera no solo se preocupa por comprender intelectualmente hacia dónde se dirige la sociedad, sino que, también evalúa las características del tipo de sociedad y examinar políticamente cómo podríamos llegar, busca la manera en que se puede llegar al orden social al que se pretende dirigir; “está comprometido con una profunda exigencia ética-política: la búsqueda de los lineamientos necesarios para contribuir a la tarea de alcanzar la radical democratización de la sociedad”. Por otro lado, supera la tradición disciplinaria de las ciencias sociales, es decir que ve a la vida social como un sistema histórico complejo. Examina la realidad histórico social como un denso tejido de relaciones sociales articuladas por el poder en una totalidad histórica atravesada por la heterogeneidad estructural”  (Quijano, A.  2020: 13- 15).

“Todos sus escritos no son sino el esfuerzo de llevar adelante el largo proyecto de subvertir el poder y contribuir a la construcción de un mundo más democrático y más igualitario mediante la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza; esto es, la apasionada exploración orientada al logro del reencantamiento del mundo que la colonialidad/modernidad había desencantado” (Quijano, A. 2020: 19).

En su ensayo El “movimiento indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina (2005), Quijano se propone “abrir dos de las cuestiones que respecto del movimiento indígena no han sido aún suficientemente discutidas, pero podrían ser, las de más decisiva reverberación sobre la próxima historia latinoamericana: su relación con el Estado-nación y con la democracia dentro del actual patrón de poder (Quijano, A. 2005: 52).

Quijano (2005) menciona que, el problema indígena se convirtió en “un auténtico incordio político y teórico en América Latina y que para ser resuelto necesita simultáneamente de tres dimensiones 1) la descolonización de las relaciones políticas dentro del Estado; 2) la subversión radical de las condiciones de explotación y el término de la servidumbre; y 3) como condición y punto de partida, la descolonización de las relaciones de dominación social, la expurgación de “raza” como la forma universal y básica de clasificación social” (2005: 59).

En su ensayo mencionado anteriormente, tiene un apartado titulado ¿Democracia y modernidad sin revolución? menciona sobre la idea de que en América Latina se alcance o establezca la modernidad y democracia, sin pasar por revoluciones de poder o de cambios radicales en los principales ámbitos de poder, la modernidad y democracia fungen como un “espejismo político” (2005: 61). 

Quijano en su ensayo Estado-nación, ciudadanía y democracia: cuestiones abiertas (1997), menciona que la democracia y la ciudadanía están en “trance de consolidación mundial”, habla sobre una democracia liberal universal, es decir que para hablar sobre los procesos democráticos en los países, es necesario partir del liberalismo (1997: 606). Ve que en el contexto de la globalización (que él llama procesos de cambio histórico), las “tendencias de reconfiguración del poder implican intereses sociales que no podrían desarrollarse y consolidarse sino a costa de la democracia y de la ciudadanía”, también hace una nota sobre que así como se está consolidando la democracia, en los países existen políticas antidemocráticas, como es el caso de las radicales (en donde se encuentran discursos racistas y fascistas), las modernas (en donde se puede apreciar a partir del discurso político que presiona a la democracia por crecientes limitaciones, es decir donde aparece una democracia restringida (1997: 607). 

La ciudadanía y la democracia para Quijano son “fenómenos de la modernidad”, hace énfasis en que no se debe tomar como iguales la modernidad y la modernización; en la modernidad se puede ver que “ocurre en el mismo proceso y en el mismo movimiento histórico del capitalismo”, se deben analizar los cambios históricos: tan solo basta con analizar como Europa fungió como la “sede central” de ese proceso con el Imperio, la monarquía absoluta y la Iglesia en donde esas instituciones se fundaron el Estado-nación, la República y la universidad laica, en el mundo fueron erigidas de diferente manera; la modernidad puede ser vista como una nueva configuración de poder a partir de las exigencias sociales capitalistas (1997: 610).

Quijano analiza que en el proceso de gestación y constitución de la modernidad, en el capitalismo América aparece como un privilegio de Europa, como su creación propia y exclusiva, hay que tomar en cuenta los procesos colonizadores en donde Europa comenzaba a tener el control del mundo capitalista (1997: 612), se pueden ver los inicios del eurocentrismo, en donde la democracia y ciudadanía aparecen como “cuestiones sólo muy parcial y distorsionadamente inteligibles” (1997: 614).

La lucha democrática que se percibe en la obra de Quijano, parte de una racionalidad histórica, en donde “implica, necesariamente, individuos no solamente libres sino socialmente iguales”; la lucha por los espacios en donde se depura el patrón de poder “a la constitución de la ciudadanía y la democracia, a la lucha por la definición final y estabilización de los espacios de dominación frente a los imperios europeos en crisis, en particular desde finales del siglo XIX y primeras décadas del XX” (1997: 617-618). 

Para Quijano, la nacionalización de sociedades y Estados “consistió en procesos de democratización del control de recursos de producción, en el área privada, y de mecanismos institucionales, en el área pública” en estos ámbitos los lugares y roles de las personas en las relaciones de poder fueron más o menos democráticas en términos del control privado y público (1997: 618).

 Como se puede ver, Aníbal Quijano hace una ruptura entre el estudio de las ciencias sociales a partir no de una visión eurocéntrica, sino que, a partir de la propia realidad social que tiene presente, su lucha por la democracia se puede comprender a partir de que analiza las desigualdades existentes y lo que ha dejado la tradición europea, como el hecho de ver a las personas indígenas como “inferiores”, de esta manera se pueden hacer diversas reflexiones, por ejemplo, analizar cómo es que tras la llegada de la modernidad se podría pensar a la democracia en los países Latinoamericanos. 

Si bien a partir de la crítica que Quijano hace hacia la visión eurocéntrica, esta no puede pensarse sin los mecanismos sociales, sin la ciudadanía de donde emerge la democracia. El “patrón eurocéntrico de poder se convirtió en modelo para todas las poblaciones. El eurocentrismo de la perspectiva dominante empujó en todas partes a buscar implantar las mismas instituciones, la misma homogeneidad” (1997: 620)

Un pensamiento final sobre la democracia que hace Quijano es a partir del análisis de la distribución de los recursos, bienes y poder político durante los siglos XVIII y XIX en Europa, pues estos no fueron nada sin la concentración de su control en manos de los funcionarios del Estado, de esta manera la “máxima panacea democrática de los regímenes llamados “populistas” en el “Tercer Mundo” y en esas condiciones, dice Quijano “la ciudadanía sólo podía ser formal y limitada, o a veces simplemente bloqueada, de todos modos distorsionada, y la democracia un discurso, nunca una práctica cotidiana” (1997: 622).

Impacto de su pensamiento en la realidad

Aníbal Quijano a lo largo de sus textos, demuestra “la posibilidad de descubrir a los pueblos originarios como posibles actores revolucionarios peruanos (…) supo mostrar que la clasificación social en la modernidad eurocéntrica de la población no fue la clase social, sino la raza” (Dussel, E. 2018). De esta manera se dio cuenta de cómo es que la tradición eurocéntrica se impregna en la forma de vivir cotidiana y cómo es estudiada a partir de las ciencias sociales, en donde principalmente no se le prestaba atención a la realidad en que viven los países de América Latina. Además esos conocimientos le permitieron reflexionar sobre la democracia en la que viven los países, si es posible que se pueda crear una democracia en las sociedades democráticas a partir de aquellas luchas que han vivido.

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