Pericles
( 495 a.C - 429 .C. )
Política-Ciencia política
Antigüedad

En contexto

Pericles fue gobernador de Atenas durante treinta años, en el periodo histórico conocido como Pentecontecia, el cual abarca desde el año 479 a.C. (final de la Segunda Guerra Médica); al año 431 a.C. (inicio de la Guerra del Peloponeso). Pericles nació alrededor del 495 a.C., dentro de la familia de los Alcmeónidas, una de las más importantes en Atenas. Fue descendiente de Clístenes, político ateniense, e hijo de Jantipo, quien fue condenado al ostracismo cuando Pericles era un niño. Así, la vida Pericles estuvo marcada por la polémica y la grandeza desde su juventud (Historiae, s.f.).

La vida política de Pericles comenzó en el año 463 a.C., alineándose a la organización política demócrata encabezado por Efialtes, quien murió dos años más tarde. Pericles tuvo en su poder entonces, el liderazgo de la organización demócrata. Desde el principio de su trayectoria política, el objetivo de Pericles fue convertir Atenas en la polis más poderosa. Martin (2018), refiere que el liderazgo en Pericles se observaba en tres rasgos importantes: “su inquebrantable oposición a Esparta; su confianza en el razonamiento basado en los conocimientos como fundamento de la persuasión política; y su defensa de los intereses políticos y económicos de los ciudadanos atenienses más necesitados” (p.30).

Pericles estableció leyes en todos los ámbitos: sociales, jurídicos, políticos, culturales y económicos. En el 447 a.C., decidió dar un gran impulso a las obras públicas, por lo cual se construyeron los Muros Largos de Atenas, el Odeón y el templo de Teseo; la Acrópolis, incluyendo el Partenón de Atenas (Historiae, s.f.).

La edad dorada de Atenas terminó con la Guerra del Peloponeso en el año 431 a.C., este periodo se vio marcado por una serie de batallas entre la Liga de Delos, encabezada por Atenas y la Liga del Peloponeso, encabezada por Esparta. Pericles fue víctima de la gran epidemia de peste que asoló Atenas en el 429 a.C.

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Contexto intelectual

Plutarco, en la obra Vida de Pericles sostiene que éste trató con filósofos y sofistas como Protágoras, Parménides, Zenón, Damón y Anaxágoras (Stadter, 1993).

Es posible observar la relación de Pericles específicamente con Protágoras, en muchos textos de la época, incluido el Protágoras de Platón. De acuerdo con Stadter (1993), Pericles tenía poco en común con los sofistas de su época pues éste ya poseía un gran don de palabra por lo cual no requería de los aprendizajes de los sofistas.

Por otra parte, Pericles se postulaba a favor de la práctica ortodoxa de la religión e incluso llevó a cabo una campaña para la edificación de construcciones sagradas, honrando a los dioses locales. También en este aspecto es posible observar el distanciamiento del gobernador frente a sus coetáneos sofistas:

Por su parte, la postura de Protágoras sobre los dioses es bien conocida: en relación a ellos, desconozco si existen o no o cuál es su apariencia: en esta cuestión muchas cosas impiden saber, la oscuridad y la brevedad de la vida humana. La vida pública de Pericles claramente contradice esta opinión, pues dedicó gran parte de sus energías y capital político a hacer que Atenas honrase los dioses de un modo antes desconocido, con templos, festivales y procesiones” (Stadter, 1993, p. 231)

Así, es posible destacar la postura de Pericles frente a los sofistas como una completa oposición no sólo ante sus enseñanzas sino también, frente a sus ideologías.

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

Para comprender el pensamiento de Pericles, resulta de suma importancia analizar su concepción y visión sobre el gobierno en sus distintas esferas, esto es respecto al sistema político, a los ciudadanos y a la ciudad en sí.

De acuerdo con Hermosa (2000), existen varios aspectos que Pericles resaltaba y consideraba de admiración en el sistema político ateniense: en primera instancia, el gobierno de la mayoría, en favor de los intereses del pueblo; posteriormente, la igualdad, donde existían los mismos derechos para todos traduciéndose en igualdad en derechos políticos y civiles. El tercer aspecto implicaba para Pericles, analizar específicamente las capacidades personales de los individuos, tomando éstas como genuinos criterios para la atribución de cargos públicos.

Respecto a la construcción del individuo dentro de la política, Pericles comprendía que “la forma de ser de un hombre está en simbiosis con el sistema político en el que vive […] En armoniosa convivencia con la vida política, los individuos conducen una vida privada que cada cual regenta a su manera” (Hermosa, 2000, p. 44).

Durante la Atenas de Pericles, se desarrolló una nueva sensibilidad del espíritu apoyándose en un sistema educativo en el cual se buscaba la comprensión de los siguientes aspectos:

La existencia de varios caminos para la misma meta, la viabilidad de conciliar elementos dispares en un mismo punto, porque lo heterogéneo no es de por sí contradictorio. […] Esa convicción es parte de la obra con que la historia sella la originalidad del ateniense, y en esa flor liba la miel de su autoconfianza y hasta de su generosidad. Autoconfianza que le permite mirar al extranjero sin ver en él a un enemigo […] esa autoconfianza le capacita para dilatar el órgano y el radio de la moralidad, mediante la práctica del altruismo […] Altruismo y generosidad son signos de la autonomía de la voluntad y de la actividad del alma, dos formas de actividad de un sujeto que rige los impulsos de su corazón por el movimiento de la libertad (Hermosa, 2000, pp. 47-48)

Todos estos aspectos y cualidades dieron lugar a un nuevo tipo de humano: el ateniense. “El hombre versátil de espíritu abierto, con plena conciencia cívica y amigo de la sensualidad, respetuoso con los otros y buen patriota” (p. 49). En última instancia, Pericles también analizó que la ciudad, bajo este sistema político, también debe estar hecha a imagen y semejanza de sus individuos.

El aspecto de mayor importancia a tratar en este apartado es la concepción de la democracia dentro del pensamiento de Pericles. Si bien éste nunca dejó nada por escrito, Tucídides (404-396 a.C.) se encargó de redactar El discurso fúnebre de Pericles el cual fue pronunciado en el año 431 a.C.

Este discurso de Pericles, de acuerdo con Arbea (1983), “es uno de los más altos testimonios de cultura y civismo que nos haya legado la Antigüedad” (p. 1). Al pronunciar este discurso, Pericles encontró la manera ideal de definir la democracia ateniense, describiendo profundamente todos los valores de importancia en la vida de los ciudadanos de Atenas, explicando así, la grandeza a la cual llegó esta importante ciudad (Arbea, 1983, p.1).

Al pronunciar este discurso, Pericles refirió la importancia del régimen político ateniense y las diferencias de éste a otros regímenes en otros estados. Así, el gobernador ateniense señaló que bajo su mando existía un régimen político único, que no imitaba las leyes de las ciudades vecinas, sirviendo, más aún, de modelo para otros políticos. Este modelo, era el de una democracia, con leyes donde todos gozaban de igualdad de derechos y cualquier ciudadano distinguido podía acceder a los cargos públicos, esto gracias a sus méritos y no su categoría social (Tucídides, 1986):

Nosotros, pues, en lo que toca a nuestra república gobernamos libremente; […], y en lo que toca a la república y al bien común no infringimos cosa alguna, no tanto por temor al juez, cuanto por obedecer las leyes, sobre todo las hechas en favor de los que son injuriados, y aunque no lo sean, causan afrenta al que las infringe. (p. 113)

Respecto a la guerra, hizo referencia a que su gobierno era muy distinto al de sus enemigos: “porque nosotros permitimos que nuestra ciudad sea común a todas las gentes y naciones, sin vedar ni prohibir a persona natural o extranjera ver ni aprender lo que bien les pareciere” (p.113).

Refiere que su experiencia en la guerra, especialmente por mar, derivó en que sus enemigos no decidieran atacar cuando estaba todo el pueblo unido, asimismo, que Atenas no se exponía al peligro de una guerra, si podían “vivir quietos y seguros, prefiriendo el vigor y fuerza de las leyes al esfuerzo y ardor del ánimo” (p.113).

Por estas cosas y otras muchas, podemos tener en grande estima y admiración esta nuestra ciudad, donde viviendo en medio de la riqueza y suntuosidad, usamos de templanza y hacemos una vida morigerada y filosófica, es a saber, que sufrimos y toleramos la pobreza sin mostrarnos tristes ni abatidos, y usamos de las riquezas más para las necesidades y oportunidades que se pueden ofrecer que para la pompa, ostentación y vanagloria (Tucídides, 1986, p.114)

Pericles también explicó que la práctica ateniense debía ser tomada como una escuela de doctrina, así como regla para toda Grecia; debido a su gran esfuerzo todo el mar podía navegarse y toda tierra podía recorrerse, dejando memoria en cualquier lado de la grandeza de Grecia (Tucídides, 1986, p.115).

Impacto de su pensamiento en la realidad

Moro (2017), explica que la importancia de la figura de Pericles radica en sus aportaciones en un momento clave en el desarrollo histórico de la sociedad ateniense. “Sin duda, Pericles y la Atenas del siglo V a.C., representan elementos inéditos en la evolución política del mundo mediterráneo antiguo, al ampliar la base y establecer un nuevo modelo para la toma de decisiones en el seno de la comunidad que conocemos como polis” (p. 75).

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