Conocido como uno de los más brillantes intelectuales del Japón moderno, padre de la ciencia política como una disciplina de la posguerra y activista por la democratización de la política japonesa, Maruyama Masao nació en la prefectura de Nagano isla de Honshū el 22 de marzo de 1914. Como hijo del periodista liberal Kanji Maruyama, Maruyama Masao conoció desde temprana edad lo que significaba ser liberal en una época donde serlo era radical; su vida estuvo marcada por importantes eventos históricos como el ascenso del autoritarismo y expansionismo japonés a través de la ocupación de la región de Manchuria en China por parte del ejército, denotando una política radical.
En 1937 se graduó en el departamento de Derecho de la Universidad Imperial de Tokio, donde se mantuvo activo como asistente de investigador interesado en el pensamiento político japonés, una disciplina que, hasta ese entonces, se había centrado únicamente en el estudio del Estado imperial. En 1944 se unió al ejército donde le tocó vivir en carne propia el ataque atómico a Hiroshima. Su interés por el contexto político inmediato comenzó en sus prolongadas estancias en el hospital debido a una tuberculosis pulmonar adquirida en servicio, las largas jornadas ingresado le abrieron el panorama hacia los problemas presentes por los que atravesaba su país.
Después de vivir los terrores de la guerra, Maruyama fue admitido y se trasladó a estudiar en un bastión intelectual de élite en la Universidad de Tokio para comenzar la trayectoria que lo llevaría a convertirse en pionero de las ciencias políticas y la historia de Japón. El reconocimiento a su trayectoria comenzó a fortalecerse gracias a sus ideas sobre que la responsabilidad y las acciones bélicas eran resultado de la manera japonesa de pensar y de la concepción nacionalista de la preguerra y no de las acciones individuales de los líderes.
La obra de Maruyama ha sido mayormente traducida al inglés y francés, destacando su texto de 1963 Thought and Behaviour in Modern Japanese Politics editado por la universidad de Oxford y el de 1974 Studies in the intellectual History of Tokugawa Japan editado y traducido por Mikiso Hane a través de la Universidad de Princeton.
Sus últimos años los dedicó a trabajar sobre los volúmenes de comentarios sobre la obra de Yukichi Fukuzawa Un esbozo de la civilización publicada en 1986. Dado su constante mal estado de salud, falleció en 1996 en Tokio, Japón.
Bandera
Ya desde sus años como estudiante de bachillerato, Maruyama Masao se vio influenciado por los ideales marxistas al formar parte de un grupo académico dirigido por Hasegawa Nyozekan (1875-1969) colega de su padre que dedicaba su quehacer intelectual a debatir las ideas del materialismo histórico con sus alumnos. Para Maruyama esto significó ser arrestado y acosado por la policía especial durante años, pues acorde al Ministerio de educación, era ilegal para los jóvenes estudiar las ideas marxistas.
Los años que siguieron al final de la guerra, entre 1945 y 1960, la sociedad japonesa se caracterizó por un intenso interés alrededor de las concepciones sobre democracia. Los movimientos intelectuales estuvieron enfocados en el análisis de las causas y consecuencias sociales del conflicto bélico. En este contexto, para la autora Rikki Kersten (1996), las ideas de Maruyama y su participación en debates aportaron en gran medida a hacer de este periodo de la historia de Japón un periodo de cambios y procesos necesarios para la “autodefinición de la democracia, no solo su asimilación o su distorsión” (Kersten, 1996: 2).
El primer paso de la sociedad japonesa en la tarea por definir la democracia de la posguerra fue dado por el debate a principios de 1950 sobre la responsabilidad de la guerra, mismo que puso a la autonomía como el corazón del discurso democrático. La responsabilidad sobre la guerra tuvo como propósito identificar los roles de los diversos actores que fallaron en prevenir la guerra.
Siendo la democracia el tema central en términos intelectuales y sociales, la discusión en el terreno de las ideas en Japón se encontró en esos años más vivo que nunca; rescata Kersten el ejemplo de las mesas redondas de discusión (zadankai), un estilo de debate que podría considerarse “no académico” para las miradas occidentales, pero que era el intento deliberado más intenso por integrar a la comunidad en las discusiones (Kersten, 1996). Esta fue una de las formas que hizo a la democracia pasar a ser más que un sistema impuesto durante la ocupación de los Estados Unidos en Japón, y convertirse en un proceso orgánico donde se le reconoció en sus principios como universales.
Como menciona Fumuko Sasaki en su trabajo sobre la obra de Maruyama (2012), para la mayoría de la población japonesa Maruyama es la opinión líder de la democracia en el periodo de la segunda posguerra. A pesar de lo extenso de su pensamiento acerca de la democracia, su obra centra la atención en la búsqueda de la autonomía, pues identificó como criterio indispensable para la democracia la habilidad individual de definir la libertad en un sentido subjetivo, en lugar de pensarlo a través de la obediencia hacia una entidad externa superior como el Estado.
Sin embargo, a través de su activismo político, Maruyama terminó por entender que la autonomía personal no podía impactar por sí sola en la política, sino que la ciudadanía necesitaba ser proactiva en su trato con la autoridad. Para el autor la interacción entre la sociedad y el estado demandaba la existencia de un medio; la autonomía social.
Distinguió pues que la democracia es un sistema que se funda en una paradoja, por un lado, exalta las virtudes del individualismo, pero por otra instrumentaliza los procedimientos institucionales que subyugan lo individual a la regla de la mayoría. Esta dicotomía entre la democracia teórica y la democracia práctica dificulta la reconciliación entre lo individual y lo colectivo.
En el pensamiento de Masao, era indispensable para el primer paso hacia la conformación de la democracia dar respuesta al problema de la responsabilidad de guerra. Para esto, incursionó en la psicología de los diferentes grupos que conformaban la sociedad japonesa y la relación de éstos con los poderes fácticos. Al analizar a la sociedad japonesa se dio cuenta que la característica más sólida era la falta de percepción en la distinción entre el individuo y el Estado.
Es así como consideró que el problema principal causante de la guerra era el frustrado y escaso desarrollo de la conciencia política por parte de la gente. Introduce la noción de totalitarismo moral para caracterizar la manera en que el sistema político de poder en Japón -autoritario, imperial y militar de la dinastía Showa, emperador Hirohito- imponían un determinado marco moral usualmente arraigado a ideologías conservadoras y tradicionales. En este sentido, Maruyama encuentra la “responsabilidad” de la guerra en la naturaleza del sistema más que en las acciones individuales y específicas de los líderes.
La brillantez del pensador se evidenció en que pudo divisar que el destino de la democracia de posguerra debía estar en el balance, pues consideró que un problema era que la democracia pudiera solo asimilarse como una ideología alienadora lo que lo enfrentó al dilema esencial; ¿Cómo podría la democracia y la democratización ser disociada de los paradigmas de modernidad y tradición occidental y seguir mantenido su legitimidad? Para lograrlo se sustentó en la idea del Sakoku, definido como la política japonesa de mantenerse cerrados al exterior durante el periodo Edo 1603-1867, para hacerla transitar hacia el Kaikoku lo que significa “apertura del país” extendiendo la noción hacia una segunda dimensión donde el movimiento simbólico de la sociedad cerrada hacia una abierta no era solo un evento finito ocurriendo en un momento, sino uno sin límites fijos que llevaría a un movimiento de progresión cualitativa hacia una sociedad moderna y democrática. (Kersten, 1996: 123).
Para Maruyama, era imperativo asegurarse de la discontinuidad de las distorsiones sociopolíticas del Japón antes de la guerra -Falta de percepción, poca autonomía social e individual- para asegurar el desarrollo de un ethos democrático en el Japón de posguerra el cual estaría influenciado por las garantías de libertad individual y de expresión, la autonomía, el diálogo y el pensamiento crítico.
La vida y obra de Maruyama dejó un legado principalmente en cuatro áreas que fueron fundamentales para la conformación de un Japón moderno y fuerte: las ciencias políticas, la historia del pensamiento japonés, la democratización de la sociedad japonesa y la seguridad nacional.
Sobre la creación de las ciencias políticas modernas, Masao comenzó con el propósito y el interés sobre la producción teórica que llevó a Japón a participar en la guerra, el principal aporte son sus ideas pioneras sobre romper con las justificaciones teóricas del régimen imperial, así como el esfuerzo por rehacer a la sociedad después de éste. La tradición intelectual que subyace a su trabajo incorpora al análisis político perspectivas multidisciplinarias que combinaban el rigor científico con la comparación histórica y cultural. Sus ideas fueron tan innovadoras que se conformaron como “el paradigma Maruyama” (Sasaki, 2012).
En el terreno de la historia del pensamiento, Maruyama logró integrar de manera exitosa en su análisis los efectos sociales y económicos de carácter estructural con las voluntades individuales. Su metodología histórica dejó marca al trascender la narración de los hechos como evidencia histórica e incorporar la forma de pensamiento y la psicología como manera de comprender el por qué de la historia. Dicha manera de entender la historia impactó en la sociedad japonesa al hacerles ver que si había forma de renovarse para lograr un pensamiento moderno a través de identificar y dejar atrás los elementos obstructivos de la modernidad.
Actualmente y como parte de su legado, existe el Centro Maruyama Masao por la Historia de las Ideas de la Universidad Cristiana de Tokio para mujeres.
Kersten, R. (1996). Democracy in Postwar Japan: Maruyama Masao and the search for autonomy. Abingdon, Oxon: Routledge.
Sasaki, F. (2012). Nationalism, Political Realism and Democracy in Japan. Abingdon, Oxon: Routledge.
Libros: “Estudios sobre la historia intelectual de Tokugawa Japón” (1975), “Pensamiento y comportamiento en la política moderna japonesa” (1969)
Ensayos: “Estudios sobre política como una ciencia en Japón: Retrospectiva y