Puleo considera al feminismo de tres formas; como un pensamiento de la igualdad entre mujeres y hombres; como un análisis del sexismo y del androcentrismo; y como praxis un esfuerzo individual y colectivo para la transformación de la sociedad (Puleo, 2021). 

Sin embargo, el pensamiento feminista actual no solamente se enfoca a la denuncia del sexismo, sino que mantiene debates internos entre distintas corrientes de interpretación del sistema de género y realiza propuestas de filosofía política, como el caso de la democracia paritaria (Puleo, 2000). 

El análisis que realiza A. Puleo nos permite vislumbrar los efectos que el antropocentrismo ha tenido al ser una práctica discursiva que ha excluido a las mujeres de lo humano, regandolas a una realidad más próxima a lo animal que a la otra mitad de su propia especie (Romero Pérez, 2011). 

Considera además que la reproducción de los modelos de género en las sociedades democráticas es desigual e injusta a la vez que el dualismo Cultura/Naturaleza y Hombre/Mujer legitima al androcentrismo como la aceptación de la dominación masculina hacia las mujeres (Puleo, A. 2015: 67).

Menciona también el papel que han tenido la religión y la filosofía al presentar a la mujer como naturaleza y sexualidad, teniendo como consecuencia también la feminización de la naturaleza. Las mujeres en las teorías de Schopenhauer y Edouard únicamente encontrarán felicidad en el cumplimiento de las leyes naturales, es decir, en la procreación, sin embargo, Puleo concluye que esta conceptualización responde a una voluntad de exclusión de las mujeres del nuevo ámbito político de la democracia que había sido inaugurado después de la caída del Antiguo Régimen (Puleo, 1992).

Es por lo anterior que es necesario superar estos procesos de dominación utilizando una posición ecofeminista ilustrada que critique la cultura androcéntrica y antropocéntrica y que además nos permita comprendernos mejor como especie a la vez que entendamos las causas y consecuencias de la división tajante entre naturaleza y cultura que han marcado nuestra historia y, de esta manera, poder superarla (Puleo A. , 2009).

En su trabajo Ecofeminismo: la perspectiva de género en la conciencia ecologista, menciona la importancia fundamental de que los derechos sexuales y reproductivos sean aceptados como derechos humanos, puesto que son estos los que salvaguardan la autonomía de las mujeres al mismo tiempo que disminuyen la presión demográfica sobre la tierra (Puleo A. , 2009).

De acuerdo con el análisis realizado por Tapia, (2017) Puleo traza una genealogía de pensadoras que fueron ignoradas por la filosofía hegemónica. La desestimación de estas autoras de la modernidad ya sea en periodos pasados y en la actualidad, significarían la invisibilización de las mujeres y los hombres que impugnaron el sexismo, el etnocentrismo y el especismo de sus contemporáneos. Tal como ella misma menciona:

 “Hay que tener presente que el reconocimiento de los derechos humanos, el antiesclavismo, el feminismo y el antropocentrismo moderado pertenecen a la cara emancipatoria de la ilustración” (Puleo, 2011)

 Puleo considera que esta filosofía propuesta en la obra de Simone de Beauvoir es la que ha transformado la cultura europea y cuya influencia se ha extendido a lo largo del mundo. Sin embargo, destaca la importancia de realizar una reinterpretación de la obra de la autora, de manera que esta se adapte a los problemas de la época.

Puleo propone el diálogo intercultural, la aceptación prudente de la ciencia y de la técnica y la universalización de las virtudes del cuidado, pues considera que todos los seres humanos son capaces de desarrollarlas y aplicarlas a las demás especies  (Romero Pérez, 2011).