Platón
( 428 a.C. - 347 a.C. )
Filosofía
Antigüedad

En contexto

Platón nació en Atenas el año 428 a.C. en el seno de una familia de antigua nobleza, la cual descendía de Solón por parte de madre y del rey Codro por parte de padre. Esto derivó en que el concepto social de Platón se viera fuertemente marcado por los principios políticos de la época.

Se sabe poco respecto a su educación. De acuerdo con Aristóteles, Platón se familiarizó desde joven con Cratilo, discípulo de Heráclito, y, por lo tanto, con la doctrina heraclítea. En su juventud, pensaba dedicarse a la política, contaba con familiares dentro del régimen de los treinta tiranos, quienes lo invitaron a participar en el gobierno. Sin embargo, este gobierno cayó y se restauró la democracia en Grecia, por lo cual Platón se inclinó aún más hacia la vida política.

A los veinte años empezó su trato y estudio con Sócrates, relación que duró hasta el 399 a.C., año de la muerte de su maestro y fecha decisiva en la vida de Platón, pues el proceso y la condena de Sócrates, le asquearon para siempre de la política de su tiempo:

Desde aquel momento, Platón no cesó de meditar sobre el modo cómo sería posible mejorar la condición de la vida política y la entera constitución del Estado, pero difirió su intervención activa para un momento oportuno. Se dio cuenta entonces que dicha mejora sólo podría efectuarse mediante la filosofía” (Abbagnano, 1994, p. 74)

Después de la muerte de Sócrates, Platón marchó a Megara, junto a Euclides y, más tarde a Egipto y a Cirene. En Siracusa, se dice que Dionisio el Viejo, le hizo vender como esclavo en el mercado de Egina, esto por miedo al proyecto político que planteaba Platón. Si bien no se sabe la veracidad de este hecho, es cierto que Platón fue vendido como esclavo y rescatado por Anniceris de Cirene. Tras un tiempo de destierros y desavenencias con los gobernadores de Estado, Platón residió en Atenas, dedicado únicamente a la enseñanza. Platón murió en el 347, a los 81 años (Abbagnano, 1994).

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Contexto intelectual

Platón fue alumno de Sócrates, de quien aprendió gran parte de su filosofía, la cual es reproducida posteriormente y reelaborada en sus Diálogos. Abbagnano (1994), considera que algunas doctrinas platónicas no tienen relación con la enseñanza socrática, sin embargo, Platón buscó en sus Diálogos el significado de la obra y persona de Sócrates formulando principios y doctrinas que realmente no fueron planteadas por su maestro, pero reencarnaban la imagen que el propio Platón había introyectado de éste.

Morla (2007), argumenta importantes influencias también de Heráclito quien es considerado como el primer maestro de Platón; mediante la idea siguiente: “todas las cosas sensibles, están sometidas a un flujo perpetuo, y no pueden ser objeto de una ciencia” (p. 22). Bajo esta noción, Platón formulo la concepción del mundo aparente, como una sombra del mundo de las ideas.

Otras influencias importantes que rodearon su contexto intelectual fueron las ideas pitagóricas, las cuales se observan, por ejemplo, en Menón, donde Platón busca probar la teoría de la Reminiscencia mediante demostraciones matemáticas. Asimismo, esta influencia se observa clara y fuerte al recordar el lema de la Academia platónica: “nadie entre aquí que no sepa geometría” (Molera, s.f.).

Finalmente, también es de importancia mencionar el movimiento sofista, que, por oposición, también le influyó: “toda la filosofía de Platón es consecuencia de su afán por superar radicalmente a los sofistas” (Molera, s.f., p. 5).

Pensamiento y reflexiones en torno a la democracia

El planteamiento principal de Platón respecto a la política y la democracia se puede observar en su obra La República, en la cual explicó que el objetivo y fundamento de una comunidad es la justicia. La República platónica se proponía determinar la naturaleza de la justicia, ya que Platón consideraba que ninguna comunidad humana puede subsistir sin justicia; condición fundamental del nacimiento de la vida del Estado.

El Estado debe estar constituido por tres clases sociales: la de los gobernantes, la de los guardianes o guerreros y la de los ciudadanos que ejercen cualquier otra actividad (agricultores, artesanos, comerciantes, etc.). Platón, de acuerdo con Abbagnano (1994), asignó distintas virtudes a cada una de estas clases, en primer lugar: la prudencia pertenece a los gobernantes, pues “basta que los gobernantes sean sabios para que todo el Estado sea sabio” (p.93). La fortaleza corresponde a los guerreros. Por último, la templanza, “como acuerdo entre gobernantes y gobernados sobre quien debe regir el Estado, es virtud común a todas las clases” (p.93).

Para Platón, la justicia comprende estas tres virtudes y llega a su culminación cuando cada ciudadano atiende a su tarea propia y a lo que le corresponde. La consecución de un Estado justo implica que el individuo atienda sólo la tarea que le es propia; dicho individuo es él mismo justo. “La justicia no es sólo la unidad del Estado en sí mismo y del individuo en sí mismo; es, al mismo tiempo, la unidad del individuo y del Estado, y, por tanto, el acuerdo del individuo con la comunidad” (p.93).

Existen dos condiciones necesarias para la realización de la justicia en el Estado, por una parte, la eliminación de la riqueza y de la pobreza, ya que ambas características imposibilitan al hombre para atender a su propia misión:

[…] las dos clases superiores de los gobernantes y de los guerreros no deben poseer nada ni recibir ninguna compensación, aparte los medios de vida. […] la clase de los artesanos no está excluida de la propiedad; […] medios de producción y de distribución se dejan a manos del individuo” (p.94)

Como segunda cuestión, la abolición de la vida familiar, derivada de la participación de las mujeres en la vida del Estado aunada a la perfecta igualdad con los hombres y con la única condición de su capacidad. “Las uniones entre hombre y mujer se establecen por el Estado con vistas a la procreación de hijos sanos. Y los hijos se crían y educan por el Estado que se convierte todo él en una sola gran familia” (p.94).

El Estado al que se refería Platón es un Estado aristocrático o monárquico. Para éste, existen tres formas de gobierno planteadas en La República, cada una se distingue de su forma corrompida debido a la observancia de las leyes.

Así, el gobierno de uno solo es monarquía si está regido por las leyes; es tiranía si no tiene leyes. El gobierno de unos pocos es aristocracia cuando está gobernado por leyes, oligarquía cuando está sin leyes, y la democracia puede estar regida por leyes o gobernada contra las leyes. El mejor gobierno, prescindiendo de aquel gobierno perfecto esbozado en la República, es el monárquico, el peor es el tiránico. Entre los gobiernos desordenados (esto es, privados de leyes), el mejor es la democracia. (Abbagnano, 1994, p. 109)

Platón no sólo señaló la forma ideal de la constitución de una República, sino también al modo de ser del individuo, más específicamente, la descripción del alma individual, en la cual distingue, al igual que en el Estado, tres partes fundamentales:

La parte racional, mediante la cual el alma razona y domina los impulsos; la parte concupiscible, que es el principio de todos los impulsos corporales; y la parte irascible, que es auxiliar del principio racional y se irrita y lucha por lo que la razón considera justo. Propia del principio racional será la prudencia, y del principio irascible la fortaleza y corresponderá a la templanza el acuerdo de las tres partes en dejar el mando al alma racional. Igualmente, en el hombre individual se logrará la justicia cuando cada parte del alma haga únicamente su propia función. Evidentemente, la realización de la justicia en el individuo y en el Estado sólo puede proceder paralelamente (Abbagnano, 1994, p. 93)

Por lo tanto, la consecución de un Estado ideal deberá ser forzosamente a la par de la constitución de un individuo que siga los principios establecidos, que cada parte de su alma haga la función que corresponda, así será un alma justa. Esta alma justa podrá derivar en la consecución de un Estado justo y en la observancia adecuada de las leyes para la constitución de la misma.

Impacto de su pensamiento en la realidad

Una de las aportaciones más importantes en materia de política, es la relación que Platón establece entre política, educación y moral. Suárez-Iñiguez (1996), expresa que Platón no sólo sentó las bases de la justicia en un Estado, sino también contempló la existencia de esta justicia en el hombre, como condición necesaria para que se sostenga esta noción en el Estado.

Asimismo, de acuerdo con Lledó (2015), la obra intelectual de Platón buscó dar respuesta a los problemas cotidianos de su época, mediante la política. El ideal platónico implicó el establecimiento de los fundamentos de una ciudad donde no existieran las desigualdades derivadas del deseo y el instinto, superponiendo como valor central, el uso de la razón.

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